2022-12-27

ODIO LA NAVIDAD

 

—Odio la Navidad. ¿Es grave, doctor?

—En principio no tiene por qué —determinó el facultativo con un ademán de suficiencia—. Dígame, ¿qué síntomas percibe usted cuando llegan estas fechas?

—Pueeees… todo empieza al punto de la mañana cuando me miro al espejo y, en vez de ver mi careto, aparece la jeta del señor Scrooge… ya sabe, Ebenezer Scrooge, el prota del Cuento de Navidad de Dickens. Y ya es un no parar… Los villancicos me irritan, el acebo me produce urticaria, las felicitaciones por WhatsApp me la sudan, los polvorones me provocan gastritis, y eso por no hablar del anuncio de la lotería, el turrón, el espumillón, el árbol, el belén, las luces navideñas, la suegra atizando la pandereta, el cuñado con la matraca del fútbol en Nochebuena… En fin, todo.

 

—Verá… —trató de razonar el psicólogo—, las Navidades son como el sarampión, hay que pasarlo. No obstante, son fechas para la familia, para el recuerdo…

—Ya, pero… es que yo no tengo recuerdos —expresó el paciente categórico—. A ver… que no digo que no tenga memoria, eh. Digo que no tengo nada grato que recordar.

—¿Cómo es eso? —dijo el doctor extrañado—. Algo bueno sí recordará, ¿no?

—Pssss? Lo mismo que el resto del año —farfulló este con gesto displicente.

—Escuche, esa indolencia hay que afrontarla con decisión, con actitud positiva —decretó el psicólogo persuadido—. El mundo está lleno de oportunidades... para el que sabe buscarlas, claro —añadió—. ¿Conoce usted el voluntariado? Es una terapia muy eficaz contra el complejo de culpabilidad, la apatía, la molicie, el materialismo que nos embarga...

—Pues no. ¿En qué consiste? —se interesó el paciente.

—Verá, en estos días de bondad por decreto, de humanitarismo por imperativo legal, de caridad por exigencias del guion… en fin, de ser bueno por cojones, no hay parroquiano que no desee hacer algo por los demás, aunque sea dar limosna a un mendigo o un donativo a una ONG. Incluso hay quienes sientan a un inmigrante a su mesa en el día de Navidad. Es decir, la gente biempensante necesita practicar la misericordia, la compasión, el calor fraterno. En definitiva, redimir sus pecados y, ya de paso, ganar el cielo, que cada vez se está poniendo más difícil con este laicismo galopante que nos atenaza.

—Pues… no había caído —dijo el paciente—. O sea que, si no le he entendido mal doctor, el remedio consiste en hacer el bien. ¿Y hasta cuándo? Hasta después de Reyes, claro...

—Ejem… eeeh… —titubeó el psicólogo—, no exactamente. Oiga, o se es bueno o no se es.

—No le comprendo. ¿No dice usted que todos necesitamos hacer el bien en Navidad?

—Debo haberme expresado mal. Cambiaremos de táctica terapéutica —convino para sí el facultativo—. Veámoslo de otra forma. A ver… ¿se considera usted una persona sociable?

—Muchísimo —afirmó el paciente sin vacilar—. Tengo el Facebook petado de amigos. Sin ir más lejos, hace poco hicimos una quedada por móvil en un piso de estudiantes... Buf, una pasada. El caso es que nadie conocía a nadie, pero allí nos juntamos setenta, ochenta… Fíjese si había peña que fui al váter a mear y topé con una docena de tipos jugando al Ouija dentro del plato de ducha. Y todo dios de buen rollo, eh. Eso sí, hasta que llegaron los munipas.

 

—¿No me diga? —objetó el galeno aturdido—. Bueno, bueno… Volvamos a lo nuestro, y sea sincero por favor. A usted, ¿qué le sugiere los personajes de Santa Claus, Olentzero, Papá Nöel, San Nicolás? ¿Le producen ternura, bienestar, aversión, indiferencia?

—En mi opinión, tendrían que meter a toda esa cuadrilla de tragaldabas al trullo —soltó el paciente sin atrición—. No creo que esos zampabollos sean un modelo edificante para nadie, y menos para la gente que pasa hambre en el mundo.

—No le sigo. —El facultativo comenzó a dar muestras de perder la paciencia.

—Pues eso quería decirle, doctor. Para mí, la Navidad es... una pura contradicción. Son fiestas que ensalzan la glotonería, el despilfarro, el hedonismo… Y luego me vienen con mercadillos solidarios, bancos de alimentos, maratones benéficos, donativos para el Tercer Mundo, ayuda a los refugiados… Parece mentira que esta historia comenzara en un pesebre, para acabar dos mil años después en el desparrame de hoy día.

—Explíquese, por dios —exigió el psicólogo sin disimular cierta zozobra.

—No sé si serán alucinaciones, pero yo veo el mundo desbocado. De Halloween al Black Friday, del Cyber Monday al Boxing Day, de la Navidad a las rebajas de enero, y cuando menos te los esperas… ya es primavera en El Corte Inglés, luego el verano, el chunda-chunda de San Fermín y vuelta a empezar. La verdad, doctor, no sé de dónde se sacan ustedes que hay tanta depresión en Navidades, si es un puro descojono. No te da tiempo ni para deprimirte.

 

—Pues créame, joven —sentenció el facultativo—, la Navidad produce cuadros depresivos en muchas personas, y algunos bastante severos.

—Qué va. Eso que ustedes llaman depresión es tristeza, congoja... bobadas propias del estado del bienestar, como el síndrome posvacacional, la vigorexia, la ortorexia o el tecnoestrés. Pregúntele a un sin papeles por la depre navideña, a ver qué le dice.

—¿Uuu… usted cree? —balbució el facultativo, atascado como una cañería vieja.

—Mire…, hemos pasado de una festividad religiosa a un espectáculo circense. Para mí, la Navidad es la definición que mejor describe lo absurdo de esta sociedad, tan radiante como artificial, tan piadosa como hipócrita, tan deseada como detestada. ¿Acaso conoce usted otra fiesta que, al poco de empezar, la gente esté deseando ya que acabe?

—Parece tener las ideas muy claras, joven —dijo con asombro el facultativo.

—Se nota, ¿no? —soltó el paciente jactancioso—. Es que me saqué un máster en la URJC.

—Efectivamente, se ve a la legua que posee estudios superiores.

—Pues no hice ni pisar el aula. Ya le digo doctor, el mundo es una farsa...

 

2022-12-15

PRIMERO ES EL MIEDO, LUEGO EL CAOS

 

ESTE RELATO PARTICIPA EN LA PROPUESTA DE «EL TINTERO DE ORO» PARA 12/22 DE ACUERDO CON LAS PREMISAS DE ESTE CARTEL:



 

PRIMERO ES EL MIEDO, LUEGO EL CAOS

 

—¡Sandra, corre, pon la tele! Están diciendo algo importante.

—No me asustes más, Juan, que ya llevan un tiempo metiéndonos el miedo en el cuerpo. ¿Qué es esta vez?

—Dale al mando deprisa.

«… pero sí para estar alertas en sus casas o trabajos. Tenemos constancia de que un número indeterminado de alienígenas llevan un tiempo mezclándose entre nosotros. Actúan con extrema cautela, por lo que sospechamos que sus intenciones son hostiles. Queremos tranquilizar a la población: se han instalado controles en carreteras y estaciones de transporte, la Ley Marcial se ha declarado hace dos horas y las autoridades sanitarias, acompañados de militares, recorrerán las ciudades realizando pruebas para detectar a los invasores. En la medida de lo posible hagan su vida normal, estén atentos a los partes informativos y colaboren».

—Jodé, me dijo el otro día Tomás que ya habían empezado. No le entendí y me comentó que pronto lo vería.

Alarmados con la noticia, decidieron ir a casa de Tomás para que les contara cuanto sabía.

—A ver, Tomás, dinos qué pasa. El otro día me dejaste intrigado y ahora, esto.

—Mirad, empezaron hace veinte años con las pandemias, confinamientos y vacunas, para medir el grado de obediencia. Siguieron con el desabastecimiento de productos de primera necesidad, con los ensayos del asalto al Capitolio Usa, el complot del asalto al Parlamento Alemán y luego el desmantelamiento de la Unión Europea. Las guerras Usa-Rusia-China se han ido prolongando estos años por varios países y ahí siguen. Mientras nos distraían con esto, implantaron el Programa de Biomonitarización Humana. Fueron aquellos años veinte y treinta los prolegómenos de la gran batalla final que llevará a la humanidad al desastre si esto sigue así. Pronto empezará a decaer la producción de las fábricas que irán cerrando en cadena. Las estanterías de los comercios se quedarán vacías y el acopio de alimentos se convertirá en una lucha cuerpo a cuerpo por la supervivencia. La gasolina se agotará y los coches quedarán en medio de las calles colapsando ciudades y pueblos. El saqueo y el vandalismo se adueñarán de cualquier lugar habitado. Para el dos mil cincuenta no será posible la vida en el planeta.

—Pero, a ver, ¿Qué me estás contando? ¿Cuándo empezó? ¿Quién lo está haciendo? ¿Qué tiene que ver esto con los alienígenas que dice la radio?

—Los alienígenas son ellos, los que realmente mandan. Unas pocas decenas que lo controlan todo. Son depredadores y van de planeta en planeta. Entre ellos no existe ni amistad ni compañerismo, solo intereses. Conservan las apariencias mientras les sea rentable, pero si se tienen que devorar entre ellos, lo hacen. También hay miles de humanos infectados o abducidos que ejecutan sus órdenes y están en puestos clave de la sociedad. Su número va aumentado vertiginosamente.

—¿Y qué pretenden esos invasores?

—Lo primero ya está, es crear el miedo. Pronto completarán la secuencia total del genoma del caos que se está gestando. Con el caos la destrucción será imparable hasta que el planeta quede arrasado. Este mundo hace tiempo viene siendo un almacén para sus necesidades. Están en la última fase que es eliminar a siete mil  millones de vosotros con la Guerra Terminal si no lo remediáis. El resto será mano de obra esclava.

—A ver, a ver, que me entere.  ¿Vosotros? ¿Tú no entras en la ecuación?

—Creo que ya ha llegado el momento de que os enteréis. En la Tierra hay alienígenas y hay cientos de miles de androides La misión de los androides es intervenir solapadamente acelerando el conocimiento, los procesos humanos en el avance tecnológico para enfrentarse con cierta garantía al problema alienígena, y concienciar discretamente a la población humana para que se organice y desarrolle una resistencia eficaz.

—Te veo muy enterado.

—Es porque yo soy uno de esos androides orgánicos. Por lo general tenemos aspecto humano, pero otros están creados como mascotas en forma de perros o gatos, fáciles para el espionaje introduciéndose en los hogares.

—¡Tú un androide! ¡Esto parece de ciencia ficción! Dime que nos estás troleando. Mira, Tomás, que te tenemos mucho cariño. No sabía que teníamos androides con tanta capacidad… como tú.

—Bueno, los androides made in Terra son unos aficionados. Nosotros estamos creados en el espacio exterior y traídos a la Tierra por el Consorcio Interplanetario.

—Nos estás asustando.

—Por desgracia es así. Tenéis que actuar con cautela, pero tener claro que la supervivencia se ha convertido en la única razón de ser. Nosotros podemos pensar y proponer pero no actuar directamente.

»Todo esto pasará como ya lo hemos visto en otros lugares. Hemos conocido naturaleza parecida, civilizaciones muy avanzadas en tecnología, especímenes de naturaleza diversa, pero el pensamiento humano es diferente al de los demás seres que hemos conocido. Hay dos cosas que hacen que la Tierra supere a todos y esas son el amor y el humor. Ahí es donde tenéis el verdadero poder aunque os parezca insignificante. Por eso tengo confianza en que, si os unís, saldréis adelante.

—Vaya, otra vez “saldréis”, “vosotros”...

—A mi me programaron para estas misiones. Puede que me trasladen, que me aniquilen, o que, llegado el caso, tenga que inmolarme para defenderos.

—De eso nada, tú nos has demostrado que tienes más humanidad que muchos de nosotros. Nunca se sabe dónde tendrás un hogar seguro, así que nosotros te ofrecemos este y nuestra amistad que desde hace tiempo la tienes. Lucharemos juntos hasta el final.

2022-12-07

UN TRATO ES UN TRATO

Iker, con 7 años, era el niño más feliz del universo. Vivía en el caserío con sus padres, los animales y la naturaleza. A veces se apenaba cuando su aita se hacía el remolón para ir a trabajar y su ama le reñía por ello.

Josepo, era un padre bonachón. Un idealista, decía. Vivía bien, pero quería vivir mejor. Anhelaba no pegar ni golpe. La buena de Begoña replicaba que más bien era un iluso y un soñador, que a fin de cuentas venía a ser lo mismo.

—¡Baja de la nube, Josepo, que las ilusiones no nos dan de comer y ponte a trabajar; el caserío no se lleva solo! ¿Cuántas veces te lo voy a repetir? Arrea con las vacas que ellas también comen —se imponía Begoña cuando Josepo alargaba el desayuno en la cocina.

Todos los días se oía el mismo reproche y la misma contestación. No es que Josepo fuera un vago y Begoña una gruñona. A él le costaba ponerse a la faena. Le gustaba el caserío, la vida en el campo y adoraba a Begoña, pero lo de trabajar todo el día lo llevaba mal. Begoña sabía cómo llevarle el aire.

—¡Ay si tuviera una varita mágica! Con un toque haría lo que quisiera. Me dedicaría a… a… —protestaba entornando los ojos mientras se levantaba a regañadientes.

—Aita —le decía Iker—, yo, si quieres, te puedo ayudar. Tengo un amigo que es mejor que un mago. Vive con una familia muy grande aunque son muy muy pequeños y son muy trabajadores.

—Ay qué cosas te cuenta amatxo para que te duermas —contestó Josepo con una sonrisa—. Ya me gustaría conocerlos.

—A mí me ayudan para arreglar mi cuarto y con las tareas del cole. Si quieres te los presento.

Antes del anochecer, Josepo solía ir a pasear por el bosque y sumirse en la nebulosa de sus pensamientos. Una tarde se adentró más de lo habitual y se sentó a descansar recostado en una roca al lado del camino. Entornó los ojos. No habría pasado mucho tiempo cuando la piedra donde estaba sentado empezó a moverse. Josepo dio un salto asustado y levantó su bastón dispuesto a golpear lo que fuera que de allí saliera.

—¡Quita tu culo de mi puerta gordinflón! ¿No ves que no me dejas salir? —gritó un hombrecillo que no mediría más de cuatro dedos.

—¡Rediós! ¿De dónde ha salido este enano?

—De mi casa, ¿es que no lo ves? Y no me llamo enano soy galtzagorri, ¿tampoco ves mi pantalón rojo? galtza-gorri pantalón-rojo, ¿lo pillas?

—Vaya, vaya, creía que los duendes solo existíais en los cuentos.

—Ya te digo: muy idealistas, poco crédulos. Nos ha dicho tu hijo que te cuesta arrancar en el trabajo. Te echaremos una mano.

—O sea que, según las leyendas, vosotros sois quienes os gusta trabajar sin parar, ¿no es así?

—Pues sí. Trabajar, trabajar, trabajar. Pero solo por las noches, eh. No queremos que nos miren mientras lo hacemos.

—Sería una suerte para mí si pasarais por mi caserío. Os ibais a hartar en seguida.

—¿Hartar? Ya me has picado ¿No te lo crees? Hagamos un trato y ya me dirás. Vienes al atardecer, ordenas qué debemos hacer y a la mañana siguiente lo tendrás hecho.

—¡Ja, ja, ja! ¿Pero tú de qué vas? Ya me gustaría veros ordeñando mis vacas. Anda, déjate de cuentos y vuelve al zulo. —concluyó Josepo al marcharse.

Al día siguiente, después del desayuno, encontró a las vacas pastando plácidamente por el campo, ordeñadas y las tres lecheras llenas. Josepo se frotó las manos de alegría. Esa tarde se acercó a la roca un tanto receloso. Salieron multitud de hombrecillos pantalón rojo que le rodearon mientras decían:

—¿Y ahora, qué?, ¿y ahora, qué?

Josepo se acordó de la leña. Al día siguiente tenía la leñera repleta para todo el invierno. «¿Y ahora, qué?, ¿y ahora, qué?», le dijeron. Al levantarse habían desaparecido las malas hierbas, las plagas y los topillos. «Y ahora, qué, y ahora, qué», le volvieron a decir. Le llenaron el granero, esquilaron las ovejas, hicieron un nuevo corral y empedraron el camino.

Josepo no podía más. No sabía cómo terminar con lo que en principio le gustó pero que se había convertido en una pesadilla. Begoña estaba asombrada del cambio. Josepo salía todos los días temprano sin decir nada. Volvía a casa aburrido de dar vueltas todo el día. «¿Y ahora, qué?, ¿y ahora, qué?» le martilleaban en la cabeza.

Los galtzagorri empezaron a ponerse inquietos porque ya no les daba trabajo. Josepo empezó a preocuparse pues temía que se enfadaran, así que les propuso no trabajar más para él.

—Tenías que haber leído antes la letra pequeña. Estamos unidos a ti. Nuestro contrato solo terminará cuando no podamos hacer tu encargo.

Ese día había una fuerte tormenta. Josepo se acercó a la roca y les dio un saco de arpillera.

—Llenadlo de rayos. Vendré mañana a por ellos —les ordenó con una sonrisa.

Al atardecer del día siguiente Josepo fue a la roca entre expectante y temeroso. Se encontró el saco vacío. De los galtzagorri no halló ni rastro.

Cuando llegó a casa, no podía más de contento. Abrazó a Iker y le dijo:

—Dale las gracias a tus amigos. Me han dado una buena lección. He aprendido que no hay que ponerle mala cara al trabajo y que la magia existe.


Este relato responde a la propuesta de JascNet de ACERVO DE LETRAS con los siguientes requisitos: cuento sin dramas, con final feliz, donde aparezcan un niño/a y una criatura fantástica.

Este es el enlace: https://jascnet.wordpress.com/2022/12/01/vadereto-diciembre-2022/


2022-11-15

EL TRIUNFO DEL VICIO SOBRE LA VIRTUD

 

COMENTARIOS AESTE RELATO CON EL QUE PARTICIPÉ EN EL TINTERO DE ORO DE 11/2022. 

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2022-11-10

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA

 

Malos tiempos para la lírica, dijo Bertolt Brecht en otro contexto, pero me temo que llevamos mucho tiempo que no escampa ni para la lírica, ni para el Arte en general, ni para cualquier otro aspecto de la vida.

 Nuestro modo de vivir ha prescindido del Arte y ahora todo es consumo rápido de productos que igual se ofrecen en Teruel que en Singapur o Toronto. Los artistas tienen que compaginar la creación artística con un trabajo que les dé de comer, lo que provoca desidia y abandono o retroalimentarse en pequeños círculos endógenos sin trascender al exterior o, como diría Kant, “sin traspasar los límites de la experiencia”. Las instituciones relegan el Arte a una mera obligación secundaria y la juventud, se muestra cada vez menos interesada. Ya se sabe, es la «generación ya» que yo la completo con «generación yo, ya» por considerarse el centro del universo. Cuando voy a una charla donde el pensamiento, el Arte, la geopolítica o la cultura en general esté presente, la asistencia de veinteañeros y más se da con cuentagotas. Tal vez habrá que cambiar el paradigma porque lo que hay no sirve o porque están “a otro rollo”.

Parece que este desfallecimiento se debe en gran parte a que los programas del sistema de enseñanza han prescindido de él al igual que se relega la filosofía a un mero acompañamiento, algo que adorne el programa, lo que resultan ser asignaturas maría. La carga lectiva se prioriza con materias enfocadas al mundo del trabajo y no para la vida, por lo que desaparece el pensamiento crítico, la creatividad, la apertura de horizontes e, incluso, hacernos más humanos y solidarios. Ni siquiera con el resultado de quien sale de los institutos o facultades está, nunca mejor dicho, facultado para la vida laboral siendo como es una constante transformación, pero ni siguiera para la vida misma. Eso sí, tendremos gente dócil con buenos currículos que, como no tengan otra fuente para espabilar,  serán los perfectos inútiles. Ese afán por primar la eficiencia, la eficacia, el utilitarismo y la exaltación de la tecnología como sustitutiva de la creatividad, no como medio de creación, nos apaga como sociedad.

También Internet, cómo no, juega su papel. Potencia dar a conocer la obra, aunque cada vez menos por la saturación de información que se maneja en ese océano digital. Esta saturación quita todo su valor artístico y crematístico porque el producto se puede conseguir sin tener en cuenta el trabajo de investigación, de preparación y desarrollo de lo adquirido, con lo que tampoco no ayuda nada al creador. En lo digital manda lo efímero, todo es líquido y volátil cuando el arte requiere contemplación y sosiego, admirar el lenguaje, las formas, los colores, los sabores y los sonidos para que te cause emoción.

Sin embargo, pese a que casi no se vende, sigue habiendo muchos artistas, más que nunca, lo que resulta paradójico. Ahora se dice que el Arte, “por fin”, ya no existe, que el Arte ha llegado a su fin, no tanto porque cualquier cosa  pudiera ser Arte, que también, sino porque sus productos ahora se han diluido en lo cotidiano, están al alcance de cualquiera y pierden el valor de lo sagrado, de objeto de culto, de admiración. Hace ya muchos años se anunció que todo ser humano es un artista y cada acción una obra de Arte por lo que todos nos podemos considerar artistas. El Arte se ha democratizado, o se ha hecho inabarcable.

 

2022-09-19

POLVO ERES

COMENTARIOS AL RELATO "POLVO ERES" QUE PARTICIPÓ EN EL CONCURSO DE «EL TINTERO DE ORO» PARA 9/2022.


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2022-09-15

LA HISTORIA SIN FUTURO

 A menudo, cada día más, confundimos desarrollo con progreso y crecimiento con bienestar, para terminar abrazados a un consumo compulsivo o excesivo. El filósofo Byung-Chul Han afirma que el liberalismo ya no necesita de la democracia para sobrevivir. Para qué quieres libertad —añado yo— si te convencen de que puedes tener a tu alcance todo lo que desees.

El término liberal no deja de ser un eufemismo que esconde comportamientos abusivos, en definitiva poco democráticos. Cuando determinadas personas o grupos utilizan la palabra libertad, yo me echo a temblar.

Se entiende muy bien cómo funciona el sistema ultra liberal: propugnan bajar impuestos, piden subvenciones, privatizan beneficios y socializan pérdidas. Naturalmente, ante la falta de recursos de las administraciones para dar servicios púbicos, la calidad de los mismos se devalúa, con lo que justifican su privatización poco a poco. Este modelo deshumanizado donde la ética brilla por su ausencia es el que impera. Es el que está anulando los valores como seres humanos y nos avoca a un futuro negro si no inexistente. Lejos queda el pensamiento filosófico de Sócrates y Platón que se construyó en Grecia y con los que se conformó Europa. El culmen (de momento) es lo que ahora se ha etiquetado como “generación ya”. Me parece que a esa definición le falta añadir “generación yo, ya”. Ya no pensamos en la colectividad sino en el aquí y ahora prescindiendo de los demás.  Solidaridad y cooperación son términos que no manejan. La mansedumbre social es el signo más claro de una clase y una época que permite a quienes rigen el mundo hacer con nosotros lo que quieran.

La globalización aparentemente prometía el fin de las desigualdades y el acceso de todos a los recursos, pero está resultando ser el mayor error de la civilización. Es una vuelta más del sistema para esquilmar recursos estén donde estén. Quizás habrá que pensar en que no es tal error sino que todo está saliendo como lo planificaron. Este sistema es inviable, se desmorona y la guerra de Ucrania ha agudizado la falta de recursos, por lo que se buscarán explotando otros lugares sin cambiar el paradigma consumista y materialista que está haciendo estragos. Siguen insistiendo en seguir con él a costa del sufrimiento de la gente y la destrucción masiva del medio. Cuando parecía que la batalla de la energía nuclear estaba ganada, vuelven a plantearla masivamente, lo mismo harán con el fracking. Lo malo es que para cuando queramos poner remedio, ya será tarde.

Necesitamos más valores, o mejor dicho recuperarlos, más democracia, menos crecimiento y menos rapiña. Porque los recursos son limitados y los estamos esquilmando.

2022-05-31

UN DÍA CUALQUIERA

 

Me levanto a las ocho treinta como tengo costumbre. No es que tenga predilección por esa hora, pero coincide que, cuando miro el reloj, es la que marca, así que me felicito por la precisión de mi despertador biológico. Lo primero es dar alivio a la vejiga, para ello me siento en la taza desde que mi compañera de piso —que ya lleva un rato fuera de casa— me puso de chupa de dómine por cómo dejaba el bordillo. Dejo correr el agua de la ducha porque siento un placer especial cuando corre por mi espalda. Disfruto de su abundancia. A veces pienso en quien no goza de este placer y cierro el grifo antes de lo que quisiera. Alicia, que tiene una habitación al lado de la mía, dice que vivo en un sedentarismo aniquilante, pero yo le contesto que es una laxitud activa que colma mi espíritu de gozo porque yo lo valgo.

Me gusta tomar un café en la cafetería de la esquina. Mientras leo la prensa, observo a mi alrededor. Es un mundo abigarrado. Gente variopinta. Un abuelo se sienta en la mesa de al lado sin perder de vista el periódico que estoy leyendo, esperando a que acabe para rellenar él el crucigrama y leer el horóscopo. Unas mujeres con sendos carros de la compra charlan en la puerta quejándose de lo caro que está todo. En la barra dos tipos de mediana edad con portafolios y corbatas igual de horribles que delatan su profesión, porfían en venderse el uno al otro opciones de futuro. A la salida me encuentro a dos menesterosos discutiendo sobre si la tercera ola de recesión económica que se avecina traerá como efectos colaterales un incremento de la tasa de paro. Más allá está la ferretería de toda la vida con un letrero: “Cerrado por traspaso”. Cuando leo el cartel, pasa un grupo de colegialas con las hormonas alteradas comentando que el examen de filosofía había sido un peñazo. El resto de la mañana deambulo ocioso y, a su vez, fascinado.

Yo le podría decir al anciano cuán negro es su futuro, convencerles a las señoras de que lo que llevan en el carro es comida basura, advertirles a los ejecutivos acerca de los riesgos del trading on line, disuadir a los menesterosos sobre su futilidad discursiva, persuadirle al ferretero que como chatarra sacaría más rentabilidad al negocio y a las estudiantes que la filosofía ya no interesa hoy en día a la sociedad, pero a estas alturas de mi vida estoy en otra onda.

Desde la segunda ola de la pandemia participo en un programa piloto a base de pastillas y de inyectables que se repiten regularmente. Ya voy por la cuarta dosis de refuerzo. Por las tardes me conecto virtualmente a modo de terapia con mi súper FullHD, procesador 4K, rango dinámico (hdr) 65 pulgadas. Mente, brazo y mando forman parte de un mismo mecanismo sincronizado. Me estoy preparando porque me han hablado de un lugar donde hay libertad y no se pagan impuestos. Iré a tomarme unas cañitas cuando esté listo. Dicen que de Madrid, al cielo.

2022-05-11

SE REANUDAN LAS CONCENTRACIONES DEL PRIMERO DE MAYO

COMENTARIOS AL RELATO QUE PARTICIPÓ EN LA PROPUESTA DE «EL TINTERO DE ORO» PARA MAYO 2022 DE ACUERDO CON LAS PREMISA DEL SIGUIENTE CARTEL:




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2022-04-12

HABITACIÓN 115

 

COMENTARIOS EL RELATO HABITACIÓN 115 PRESENTADO A CONCURSO EN EL TINTERO DE ORO» PARA 4/2022 DE ACUERDO CON LAS PREMISAS DEL CARTEL:

 



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2022-03-25

PRIMAVERA 2022

 

La primavera la asociamos con lo nuevo, con el resurgimiento de la vida, con la esperanza, con lo limpio y floreciente. La primavera es en sí una metáfora, un recurso muy dado a echar mano de él los escritores y más concretamente los poetas. Está indisolublemente unida al amor.

 

Pero hablar de primavera en las condiciones actuales parece un sarcasmo. Lo fue en su día la Primavera de Praga y lo es ahora con la Primavera de Ucrania y lo son todos los lugares donde la guerra está enquistada en primavera, verano, otoño e invierno.

 

Cuando Decimos “no a la guerra” es una exigencia incondicional. No selecciono a quién condeno y a quién no. Es parar las guerras. Todas. No hay guerras buenas porque todas son un crimen contra la humanidad. Perdemos quienes no la hemos provocado y ganan los traficantes de armas o petróleo o poder. No es “si vis pacem, para belum” porque si tienes armas es porque quieres guerras. Todos tienen una excusa, real o provocada. Intereses geoestratégicos dicen. Es no invadir un territorio porque soy más fuerte. Ahora le toca a Putin, pero la historia se repite con Israel y los palestinos, Marruecos y los saharauis, Siria, Irak, Libia, Afganistán, Yemen… y otras tantas que parece que no existen porque no son noticia. O como el Donbass, que lleva ocho años siendo bombardeado precisamente por sus “hermanos” del oeste del país. Todo eso pasa en el mundo ante nuestro clamoroso silencio. Entre la montaña rusa y el sueño americano nos tienen pillados en un bucle mareante de irrealidad y desorientación, en un perverso juego de buenos y malos que no hemos elegido. Por eso, no a la guerra, es imprescindible, sin matices.

 

También lo es erigirse en el líder para el cambio a “un orden nuevo”. Me da escalofríos oír esta frase. Lo dijo el otro día Joe Biden, porque yo o valgo. Porque la rectitud y los valores que nos exigen a los gobernados, la deben tener antes los gobernantes.  No a la guerra es cooperación y solidaridad entre los pueblos.

Por terminar con la idea con la que he empezado esta estrada, trascribo un poema de Antonio Machado y pongo una foto que se puede ver pinchando AQUÍ o en la pestaña superior Imágenes.

 

La primavera besaba /suavemente la arboleda, /y el verde nuevo brotaba /como una verde humareda / Las nubes iban pasando sobre el campo juvenil…/Yo vi en las hojas temblando /las frescas lluvias de abril / Bajo ese almendro florido, /todo cargado de flor -recordé-, yo he maldecido /mi juventud sin amor / Hoy, en mitad de la vida, /me he parado a meditar…/¡Juventud nunca vivida /quién te volviera a soñar!

 

 

 

2022-03-09

ACUERDO EXPRÉS

 

COMENTARIOS AL RELATO PRESENTADO EN «EL TINTERO DE ORO» PARA 3/2022 DE ACUERDO CON LAS PREMISAS DEL CARTEL:

 

 


 

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2022-02-23

CON TACTO Y CONTACTO ES IGUAL, PERO NO ES LO MISMO

El tacto es el sentido corporal con el que se perciben sensaciones de contacto, la acción de tocar o palpar, la prudencia en el proceder en un asunto delicado, la exploración con la yema de los dedos. El contacto es la acción o el efecto de tocar dos o más cosas, la relación o trato entre personas o entidades. Sutiles diferencias en cuanto a enunciación, pero que en la práctica lo que parece liviano puede devenir en auténtica batalla campal. Lo demuestran las fotos que he bajado el 22/02/2022 (curiosa fecha) del mismo periódico (Diario de Noticias).



A la foto de los políticos le he aplicado con Photoshop un desenfoque gausiano únicamente a los comparsas para resaltar más el momento de la pareja. Aclaro que la foto del abrazo está tomada de cuando se querían. ¡Ay!, esos ojitos, qué tiempos... ahora es casus belli. Y, puestos a elucubrar, no sé qué contacto prefiero: si el de los políticos o el de los deportistas.

Pero, no, no voy a hablar de política aunque me dan ganas. Hablaré de los llamados deportes de contacto que, en la práctica, son una licencia para pegar. Se vienen practicando desde la antigua Grecia y Roma. Algunos lo proclaman abiertamente: son deportes de combate, como el boxeo que, no sé en qué mente cabe, llaman deporte a dos tipos (ahora también tipas) partiéndose la cara. Comprendo que sus practicantes se lo pasan fenomenal soltando mandobles y que otros la gozan mirando. Admito que puede tener algunos beneficios. Lo que no me parece tan bien es que se muestre como si se tratara de una actividad inocua. Porque básicamente la esencia consiste en pegar a una persona y eso duele. Mejor se practica este “deporte” cuanto más y mejor se pega y la lesión que en otros deportes de riesgo se puede producir por accidente, aquí es la buscada y aplaudida de tal manera que si el contrario se queda KO llegamos al sumun de la perfección. Qué edificante.

Otros deportes son más comedidos. Emplean eufemismos como carga legal, que pase el balón pero no el jugador, agarrones, insultos, juego marrullero, agresión directa, pérdida de tiempo, artimañas aceptadas por todos pero que podrían ser perfectamente evitables sin menoscabo de la belleza del deporte. No estoy en contra de los deportes de contacto, faltaría más, sino de las trampas para ganar.

 Existen multitud de deportes de todo tipo e intensidad que prescinden del contacto directo como natación (el más practicado), tenis, montaña, ciclismo, voleibol, béisbol, bádminton, carreras varias, navegación o el ajedrez que no sé qué hace metido como deporte. En Euskal Herria tenemos 15 o 20 deportes propios con varias modalidades, individuales, por parejas o por equipos. El más conocido es la pelota vasca o frontón que se practica por todo el mundo. Se juegan con regularidad, ninguno es de contacto —y esto es destacable— y son igual de apasionantes tanto para jugadores como para espectadores.

Estoy convencido de que lo que impera en la mayoría de la gente que va a ver un partido de fútbol —como paradigma de juego de masas— es que su equipo gane como sea y solo encuentra satisfacción en la victoria. Hay una expresión que dice que hay que ganar por lo civil o lo criminal. Hablé expresamente del fútbol en una entrada que se puede leer pinchando AQUÍ. Es el espectáculo por antonomasia donde se da contacto sin tacto, pero no es un deporte que practiquen los espectadores del futbol porque, mientras no se diga lo contrario, ver futbol no es hacer deporte.  

 

 

 

 

2022-02-13

UN DIAMANTE POR ENCARGO

COMENTARIOS AL RELATO DE «EL TINTERO DE ORO» DE 02/2022 DE ACUERDO CON LAS PREMISAS DEL SIGUIENTE CARTEL:




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2022-02-12

TAUROMAQUIA

 

La pandemia, que todo lo trastoca, ha propiciado que se suspendieran por dos años los mal llamados festejos taurinos. Podría ser una ocasión magnífica para darle una vuelta o, al menos, cuestionar su encaje en esta sociedad que presume de civilizada en este siglo que ha superado su quinta parte. Pero no será así, me temo.

Leía hace poco un artículo periodístico de alguien que había escrito un libro donde suelta perlas de este pelo: «Los animales no tienen derechos porque no tienen obligaciones. Tampoco sufren porque el sufrimiento es privativo de los humanos». Estas afirmaciones tan categóricas me recuerdan cuando decían que los negros (las personas) no tenían alma, por lo que eran animales y se les podía matar, maltratar o comerciar con ellos. Un poco antes también se decía que las mujeres no tenían alma. Derechos tienen —ahora me refiero a los animales—, no hay más que acercarse al Código Penal: El artículo 337 castiga a «el que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente, causándole lesiones que menoscaben gravemente su salud o sometiéndole a explotación sexual, a un animal doméstico o amansado». El legislador, para aclarar a qué animales abarca esta protección, incluye en el concepto de “animal doméstico o amansado” un animal de los que habitualmente están domesticados, un animal que temporal o permanentemente vive bajo control humano, o cualquier animal que no viva en estado salvaje”. Las conductas prohibidas en los delitos de maltrato y abandono de animales consisten en «maltratar injustificadamente», «maltratar cruelmente» y «abandonar animales domésticos en condiciones en las que pueda peligrar su vida o integridad». Creo que matar cruelmente, por mucho arte que le pongan al deleite, encaja perfectamente. Además que la clave está en “el control humano” donde sí están los toros. Supongo que de esta prohibición se salvará la caza exclusivamente. También dice el autor del libro que “la tauromaquia tiene tanta fuerza mediática que se meten con ella para hacerse visibles en la sociedad”. No se puede juntar en tan poco espacio tanta estulticia y mala baba.

La historia de la tauromaquia, que tan asimilada está en nuestra cultura, ha sido muy cambiante. Desde estar prohibida por las autoridades y condenada por la Iglesia Católica por ser pecado, hasta darle protección declarándola Bien de Interés Cultural y subvencionarla para mantener el negocio de algunos porque por sí misma no sería viable económicamente. Admitiendo que el arte ha sido prolífico en plasmarla, no justifica mantenerla per se. Guardar tradiciones es encomiable, pero cambiar las perversas lo es más. A estas alturas deberíamos tener claro que no está bien matar un animal para regocijo humano. Una salvajada no se puede justificar en la tradición que arrastre ni sustentarla en lo que pueda tener de arte si este consiste en la carnicería que se produce en el ruedo. Es poco edificante ver a los areneros tapando la sangre y la mierda que deja el espectáculo y da «vergüenza torera» ver cómo se llevan al infortunado entre el jolgorio de los espectadores que cuando más se divierten es cuando ven correr la sangre. Porque de lo que se trata es de un espectáculo de lucha a vida o muerte donde, sí o sí, el toro la va a palmar y todos lo saben de antemano. En definitiva: un espectáculo macabro y repugnante a partes iguales que retrata con esos calificativos a quienes lo mantienen.

Las corridas de toros son un anacronismo que tarde o temprano la sociedad terminará por rechazarlas. El empecinamiento en mantenerlas, aun en contra de todo civismo, es maltrato animal disfrazado de tradición. Como dijo Gandhi «la grandeza y el progreso moral de un país, una nación, puede juzgarse por la forma en que trata a sus animales». El respeto por su bienestar es una muestra de los valores que guardamos como sociedad.


2022-01-14

REGRESO AL PRÓXIMO PASADO

COMENTARIOS AL RELATO PRESENTADO EN 2/22 EN  «EL TINTERO DE ORO» DE ACUERDO CON LAS PREMISAS DEL SIGUIENTE CARTEL


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