2021-12-22

LA GESTIÓN DE LAS EMOCIONES

Las emociones básicas son la alegría, el asco, el desprecio, la ira, el miedo, la sorpresa y la tristeza. A partir de estas percepciones de la esfera íntima, se derivan otras externas en las que influyen factores sociales y culturales. Esto lo saben muy bien los ideólogos, comunicadores o planificadores, no solo de la política o la empresa, sino de cualquier ámbito y lo aplican. Lo importante deja de ser lo que realmente ocurre sino cómo lo percibimos. En absoluto estoy criticando que se recurra a las emociones. Todos lo hacemos, en la escritura, la música o la pintura… y es saludable. Lo pernicioso es el abuso que se hace de ellas hasta sus últimas consecuencias.

Los medios de comunicación, naturalmente, no se escapan de la implementación de técnicas provechosas. Poco veo la tele, pero es inevitable que algo se escape. Los informativos son pretenciosos y mediocres, un mecanismo de manipulación política. En algunos programas se busca lo más morboso y escabroso del personaje de turno o directamente es un folletín —o un folleteo—, donde se lucha por la pareja como si no hubiera un mañana. Del resto destacan los infinitos concursos que, por cualquier motivo, enfrentan a concursantes en una rivalidad absurda, donde debe haber un ganador y que pone de manifiesto la mediocridad de los concursantes. Siempre el mismo modelo competitivo: cantando, bailando, haciendo cuchillos o pasteles o de frikis. Si a esto añadimos un rostro conocido, una figura venida a menos, un jeta relacionado con la hija de quien tuvo su momento de gloria, el miembro de una saga de chiquilicuatres, miel sobre hojuelas. Lo de los conocimientos, a veces. Una competitividad forzada por las productoras porque eso da audiencia y si la audiencia sube, el contrato se mantiene.

Leía el otro día en una entrevista de prensa las declaraciones de la directora del casting MasterChef: «Los niños son concursantes muy competitivos, todos quieren ganar». Tiene previsto hacer una edición de “abuelos” y ha hecho otra de “famosos”. Precisamente una concursante del grupo de estos últimos que pasó por ahí recientemente, Verónica Forqué, al parecer se ha suicidado por problemas de depresión. Había dicho antes que padecía estos problemas así que era la concursante ideal. Una exhibición obscena de sus dificultades. El morbo estaba servido.

Esto es lo que tenemos. Un modelo social poco edificante y nula referencia moral que resalta una competitividad exacerbada, la puesta a saldo de las propias miserias, el individualismo y la nulidad del trabajo en equipo.

 

 


2021-12-12

LA OTRA NAVIDAD

COMENTARIOS AL RELATO «LA OTRA NAVIDAD» QUE PARTICIPÓ EN LA PROPUESTA DE «EL TINTERO DE ORO» DE ACUERDO CON LAS PREMISAS DEL SIGUIENTE CARTEL:





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