2022-11-15

EL TRIUNFO DEL VICIO SOBRE LA VIRTUD

 

COMENTARIOS AESTE RELATO CON EL QUE PARTICIPÉ EN EL TINTERO DE ORO DE 11/2022. 

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2022-11-10

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA

 

Malos tiempos para la lírica, dijo Bertolt Brecht en otro contexto, pero me temo que llevamos mucho tiempo que no escampa ni para la lírica, ni para el Arte en general, ni para cualquier otro aspecto de la vida.

 Nuestro modo de vivir ha prescindido del Arte y ahora todo es consumo rápido de productos que igual se ofrecen en Teruel que en Singapur o Toronto. Los artistas tienen que compaginar la creación artística con un trabajo que les dé de comer, lo que provoca desidia y abandono o retroalimentarse en pequeños círculos endógenos sin trascender al exterior o, como diría Kant, “sin traspasar los límites de la experiencia”. Las instituciones relegan el Arte a una mera obligación secundaria y la juventud, se muestra cada vez menos interesada. Ya se sabe, es la «generación ya» que yo la completo con «generación yo, ya» por considerarse el centro del universo. Cuando voy a una charla donde el pensamiento, el Arte, la geopolítica o la cultura en general esté presente, la asistencia de veinteañeros y más se da con cuentagotas. Tal vez habrá que cambiar el paradigma porque lo que hay no sirve o porque están “a otro rollo”.

Parece que este desfallecimiento se debe en gran parte a que los programas del sistema de enseñanza han prescindido de él al igual que se relega la filosofía a un mero acompañamiento, algo que adorne el programa, lo que resultan ser asignaturas maría. La carga lectiva se prioriza con materias enfocadas al mundo del trabajo y no para la vida, por lo que desaparece el pensamiento crítico, la creatividad, la apertura de horizontes e, incluso, hacernos más humanos y solidarios. Ni siquiera con el resultado de quien sale de los institutos o facultades está, nunca mejor dicho, facultado para la vida laboral siendo como es una constante transformación, pero ni siguiera para la vida misma. Eso sí, tendremos gente dócil con buenos currículos que, como no tengan otra fuente para espabilar,  serán los perfectos inútiles. Ese afán por primar la eficiencia, la eficacia, el utilitarismo y la exaltación de la tecnología como sustitutiva de la creatividad, no como medio de creación, nos apaga como sociedad.

También Internet, cómo no, juega su papel. Potencia dar a conocer la obra, aunque cada vez menos por la saturación de información que se maneja en ese océano digital. Esta saturación quita todo su valor artístico y crematístico porque el producto se puede conseguir sin tener en cuenta el trabajo de investigación, de preparación y desarrollo de lo adquirido, con lo que tampoco no ayuda nada al creador. En lo digital manda lo efímero, todo es líquido y volátil cuando el arte requiere contemplación y sosiego, admirar el lenguaje, las formas, los colores, los sabores y los sonidos para que te cause emoción.

Sin embargo, pese a que casi no se vende, sigue habiendo muchos artistas, más que nunca, lo que resulta paradójico. Ahora se dice que el Arte, “por fin”, ya no existe, que el Arte ha llegado a su fin, no tanto porque cualquier cosa  pudiera ser Arte, que también, sino porque sus productos ahora se han diluido en lo cotidiano, están al alcance de cualquiera y pierden el valor de lo sagrado, de objeto de culto, de admiración. Hace ya muchos años se anunció que todo ser humano es un artista y cada acción una obra de Arte por lo que todos nos podemos considerar artistas. El Arte se ha democratizado, o se ha hecho inabarcable.