Aquí encontrarás comentarios sobre la actualidad y lo que no es tan actual, lo que tiene cierto interés o lo que ha despertado la curiosidad del autor, algunos relatos y fotos propios y artículos de prensa. Todo sin más pretensión que la de darle salida pública.
Pues sí, Isan: una paradoja. Emotivo, tristeza sin paliativos, con la levísima promesa de que, quizás, pudiera existir otro tipo de vida en la que ¡por fin! pueda ver a su familia. Funcionan las frases cortas y muy cortas, casi como sentencias. Lo que más me gustó del fondo fue ese “gracias” por tanto placer. Un fuerte abrazo, compañero, nos “vemos” por aquí o por café.
Hola, Tara. Efectivamente, esa promesa de futuro se puede dar en la ficción. Ya tengo preparado mu relato de Literautas. Nada que ver con la tristeza de este. Un abrazo.
Conmovedor,... esa secreta esperanza de un invidente de que algún día podrá por fin ver a los suyos resulta realmente ilusoria. Ritmo contundente y lacónico como creo que requiere la ocasión. Me ha gustdo!
¡Hola, Isan! Jo, ¡qué tremendo! Una historia descarnada aunque con un mensaje de esperanza. Sobre todo me ha transmitido paz, la paz de quien ya asume su destino y parte sin amargura. Además nos traes ese puntito de fantasía que nos hace plantearnos esa paradoja de que al morir es cuando nuestras limitaciones físicas desaparecen. Es una idea brillante y creo que una muy buena semilla para una futura historia más desarrollada. Estupendo micro. Un abrazo!!
Hola, David. Gracias por este comentario tan interesante. Tenía mis dudas de si este relato era pesimista o tenía un mensaje de esperanza como dices. Será el lector quien decida qué le parece. Lo de desarrollar la historia no lo contemplo como he hecho con todos los relatos porque creo que una ven publicados ya han acabado. Pero no descarto que en un futuro lo haga. Ahí quedan en hibernación. Un abrazo.
Hay un tono distinto del de tus otras historias, esperanzador e "inmaterial" (si cabe), precisamente porque tu personaje aunque esté bajo tierra, habla desde una zona diferente. Me ha gustado mucho ese toque. Un abrazo, compañero.
Hola, Juana. Me gusta que hayas apreciado este toque como dices del mundo inmaterial que, por otro lado, no me importaría que se hiciera realidad tal cual lo imaginé al escribir. Gracias por la visita. Espero tu relato. Un abrazo.
Dejas esa lucecita esperanzadora flotando por todo el relato y eso hace que no se sienta tan dramático como pudiera parecer. De hecho esa frase "lo que más ilusión me hace ahora..." lo dice todo con respecto a las posibilidades que se abren tras la muerte. Buen enfoque.
Hola, Matilde. Las posibilidades existen unos creen y otros fantaseamos alguna vez. Las posibilidades que se abren dependen mucho de la continuidad del relato y viendo la ilusión de nuestro protagonista igual me animo a ver qué pasa. Gracias por comentar. Un abrazo.
Hola, Isan! Me gusta mucho ese planteamiento existencialista que haces en este micro. Da que pensar... Yo fantaseo con la idea de que después de la muerte nos espera una gran aventura, o al menos una segunda oportunidad (no sé). Un fuerte abrazo.
Hol, Beri. Yo también hago ese ejercicio y cada vez encuentro estilos de vida muy diferentes, casi nunca perfectos. Gracias por compartir tus planteamientos. Un abrazo.
Gran relato, Isan. Es una lástima que termine así. Su familia le recordaran por medio de fotos y las cosas que pasaron juntos. Desde otra dimensión quedan esperanzas de que algo fantástico pueda ocurrir. Emotivo tu relato y muy bueno.
Hola, RR_misterio. Pues sí, al final todos terminamos mal. Es la faena que nos hace la vida. En este caso queda alguna esperanza de que algo pueda ocurrir como dices. Me ha gustado tu comentario. Un abrazo.
Hola Isan, como te han dicho, muy emotivo, y esperanzador, aunque yo me atrevería a decir que con la esperanza hecha realidad. Ese último párrafo es esclarecedor y das por hecho tu visión para el relato, que puede ser o no la tuya propia, pero que en este caso me gusta. Nos pasamos la vida deseando algo, y ese mensaje de que por fin conseguiremos ese anhelo deja un muy buen regusto: aunque ellas no lo vean para él sera suficiente sí hacerlo. Muy bueno, realmente tremendo relato. Un abrazo y nos leemos!
Hola, Pepe. Está bien que hagas esa diferenciación entre el narrador y el autor porque de esa manera se permiten muchas cosas como que siga la esperanza del difunto. Gracias por el comentario tan positivo. Un abrazo.
Me ha parecido un relato de lo más asombroso hasta tomar conciencia, según avanzaba en la lectura, de la otra situación paradójica después de lo de la zanja. Lo creía en cama, reposando sí, pero vivo. Me has sorprendido compañero. ¡Bien por ti! Un abrazo.
Hola, Francisco. Me alegro que hayas tenido esa sorpresa que era un objetivo. El título venía en plural precisamente por eso que comentas. Gracias por pasarte por aquí y comentar. Un abrazo.
Me ha encantado la paradoja que inspira tu propuesta, estimado Isan, ya que considero meritorio el ingenio de narrar justamente la otra cara del espejo o la parte surrealista que complementa el trágico realismo de los hechos que acompañan al desgraciado protagonista, quién tuvo que morir para descubrir esta nueva conciencia, capaz de poder realizar sus deseos a cambio de perder la densidad material del cuerpo físico. Admite bastante contenido para reflexionar acerca de las paradojas que nos ofrece nuestra existencia tanto de este lado material como del inmaterial o complementario. ¡Enhorabuena! Un abrazo.
Hola, Estrella. Ya sabes que hay que morir para descubrir que existe vida después de la muerte. Al menos eso dicen. Yo espero que no haya porque me temo que que no será mejor, así que habrá que disfrutar mientras podamos. racias por tu estupendo comentario. Un abrazo.
Hola Isan, pues si que es una paradoja, ver sin ver, sentir sin ser sentido. Una triste realidad la de este protagonista que cuenta su historia desde el otro lado. Muy bueno. Un abrazo
Hola, Emerencia. Gracias por tu comentario. Como dices triste realidad, pero, al menos , verá los preciosos ojos de sus hijos y todo lo demás. Un abrazo.
Impactante micro Isan, una triste realidad. Esa esperanza que en la otra dimensión puedan verse es esperanzador. Te felicito por como desarrollaste toda la historia. Un saludo Puri
Desde luego, Isan, la vida está llena de paradojas y nuestro protagonista recibe el regalo póstumo a su muerte de poder ver a su familia sin que ellos puedan verlo a él. Un relato muy bien llevado. Un saludo.
Brutal. Ese giro hacia el final, que desvela la verdadera situación de tu personaje, es el toque que le da un valor añadido a la historia "habitual" de un invidente. Y el final muy emotivo. Ojalá pudiéramos ver, una vez en el más allá (en el improbable caso de existir), a nuestros seres queridos. Y en este escenario que nos describes, es especialmente emocionante. Un abrazo.
Hola, Josep Mª. Lo que la realidad nos demuestra como improbable como dices, la literatura lo hace posible y no estaría mal que así fuera, creo, aunque vete tú a saber. Un abrazo, Josep Mª.
Hola, Isan. Qué historia, triste y conmovedora. De verdad que transmite una pena inmensa, pero al mismo tiempo se fragmenta en ella una ilusión del qué futuro. Es muy emotivo, rompe bastante el corazón, por el amor que tiene tu personaje a los suyos. Me ha gustado ese discurrir de las emociones. Un saludo.
Hola, Irene. Agradecido por tu comentario. Cuando escribo un relato de pena y tristeza, siempre tengo mis dudas, no de escribirlo, sino de hasta dónde se puede llegar sin caer en el melodrama. Un abrazo.
Buenísimo...tocas un tema muy interesante, la vida después de la muerte, ¿acaso completa nuestras carencias? ¿un ciego podrá ver?, ¿un sordo podrá oír?... pero bueno me encantó el enfoque original con el que trataste el tema. Te felicito.
Hola, Ana. Supongo que si hubiera vida después de la muerte mejoraría la calidad de la existente, de lo contrario sería una faena continuar con los mismos impedimentos, traumas y defectos, digo yo. En cualquier caso es bueno especular con ello. Me alegro de que te haya gustado. Un abrazo.
Buen micro, Isan. La despedida de un ciego a su familia una vez sepultado. Me ha gustado tu relato, no por ser increíble es menos verosímil, y eso es gracias a ti.
A pesar de que el trasfondo de la situación sea algo triste, siento que este nuevo fantasma apenas pueda liberarse de su quietud autoimpuesta podrá disfrutar el ver a su familia y estar con ellos, al menos el tiempo que necesite antes de irse al Más Allá. Hermosa historia. Un abrazo.
A través de una paradoja que conlleva a otra, y a causa de ellas se ve como se fracciona la vida del protagonista, paso a paso hasta donde es consciente de que al fin podrá ver a los suyos sin embargo, ellos a él no. Triste, pero esperanzador, además me ha gustado mucho ese toque místico que se intuye cuando una persona está a punto de traspasar ese umbral que va de la vida a la muerte, o viceversa (según se mire), y me haces ver a un hombre que a pesar de todo va asumiendo su nuevo estado y estadio o, "esencia y sustancia" que pronto será su morada.
¡Fantástico! Un placer leerte, isan. Saludos cordiales.
Isan, genial relato, se dice (y a mi me parece muy posible) que antes de deshacernos del cuerpo, hay una especie de trance, y llegado el momento de la muerte, se reposa, antes de tomar conciencia de lo que realmente ha ocurrido, y esto lo dejas ver claramente en tu relato. También se dice, que antes de ocupar nuestra nueva forma de vida (de reencarnar), atravesamos por un periodo de reconstrucción temporal, en el cual somos conscientes de todas las experiencias de nuestra reciente vida, las dulces y las amargas... y que nos dan un tiempo prudente para estar presentes en esta sin ser vistos, pero viendo nosotros todo lo que sigue aconteciendo. Esto también lo reflejas de maravilla, y también lo creo muy posible. Todo esto con la finalidad de llevar una mejor vida en nuestra próxima encarnación.
Me ha gustado la senda por la que te llevó la imaginación para participar en este reto, realmente genial tu micro Isan.
Hola, Harolina. Efectivamente las posibilidades de lo que ocurra después están muy abieertas, lo malo (o lo bueno) es no las descubriremos hasta que no estemos en la situación y eso no lo cuenta nadie que yo sepa. La opción de que cada cuel piense lo que más le convenga no está mal. Gracias por comentar. Un abrazo.
Isan describir lo que se siente después de la muerte es una buena idea para este micro. Quién sabe si desde allá donde esté su alma pueda ver a su esposa e hijos. Un abrazo.
Hola, me gusto leerte. Ese futuro de revancha es triste porque implica la muerte de sus seres queridos. Hasta que no nombrarse la tierra que se interpone, tuve la esperanza de que estaba vivo. Muy creible
Hola, Roxana. Hasta el final quise tapar este "pequeño detalle". Me alegro que te gustara. Gracias por pasar. Un detalle: este es el relato del mes pasado, el de este mes basado en el conflicto de pareja contado con humor aún no lo he presentado, pero enseguida lo hago. Un abrazo.
Pues sí, Isan: una paradoja.
ResponderEliminarEmotivo, tristeza sin paliativos, con la levísima promesa de que, quizás, pudiera existir otro tipo de vida en la que ¡por fin! pueda ver a su familia.
Funcionan las frases cortas y muy cortas, casi como sentencias.
Lo que más me gustó del fondo fue ese “gracias” por tanto placer.
Un fuerte abrazo, compañero, nos “vemos” por aquí o por café.
Hola, Tara. Efectivamente, esa promesa de futuro se puede dar en la ficción. Ya tengo preparado mu relato de Literautas. Nada que ver con la tristeza de este.
EliminarUn abrazo.
Conmovedor,... esa secreta esperanza de un invidente de que algún día podrá por fin ver a los suyos resulta realmente ilusoria.
ResponderEliminarRitmo contundente y lacónico como creo que requiere la ocasión.
Me ha gustdo!
Gracias, Norte, la esperanza es lo último que se pierde. Nuestro protagonista lo mantiene hasta el final.
EliminarUn abrazo.
Muy emotivo, sí y muy original ese final donde el protagonista comienza a convertirse en espectro. Me ha gustado mucho, Isan.
ResponderEliminarHola, Marta. La literatura está llena de espectros. Como la vida misma, vamos. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola, Isan! Jo, ¡qué tremendo! Una historia descarnada aunque con un mensaje de esperanza. Sobre todo me ha transmitido paz, la paz de quien ya asume su destino y parte sin amargura. Además nos traes ese puntito de fantasía que nos hace plantearnos esa paradoja de que al morir es cuando nuestras limitaciones físicas desaparecen. Es una idea brillante y creo que una muy buena semilla para una futura historia más desarrollada. Estupendo micro. Un abrazo!!
ResponderEliminarHola, David. Gracias por este comentario tan interesante. Tenía mis dudas de si este relato era pesimista o tenía un mensaje de esperanza como dices. Será el lector quien decida qué le parece. Lo de desarrollar la historia no lo contemplo como he hecho con todos los relatos porque creo que una ven publicados ya han acabado. Pero no descarto que en un futuro lo haga. Ahí quedan en hibernación.
EliminarUn abrazo.
Hay un tono distinto del de tus otras historias, esperanzador e "inmaterial" (si cabe), precisamente porque tu personaje aunque esté bajo tierra, habla desde una zona diferente. Me ha gustado mucho ese toque. Un abrazo, compañero.
ResponderEliminarHola, Juana. Me gusta que hayas apreciado este toque como dices del mundo inmaterial que, por otro lado, no me importaría que se hiciera realidad tal cual lo imaginé al escribir.
EliminarGracias por la visita. Espero tu relato.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUna historia triste y conmovedora. Muy movilizadora. Se puede sentir la Honda pena del protagonista por esa paradoja que le deparó la vida. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Mirna. Hay pena sí pero también felicidad y agradecimiento por una vida. Te agradezco la visita.
EliminarUn abrazo.
Dejas esa lucecita esperanzadora flotando por todo el relato y eso hace que no se sienta tan dramático como pudiera parecer. De hecho esa frase "lo que más ilusión me hace ahora..." lo dice todo con respecto a las posibilidades que se abren tras la muerte. Buen enfoque.
ResponderEliminarHola, Matilde. Las posibilidades existen unos creen y otros fantaseamos alguna vez. Las posibilidades que se abren dependen mucho de la continuidad del relato y viendo la ilusión de nuestro protagonista igual me animo a ver qué pasa.
EliminarGracias por comentar. Un abrazo.
Hola, Isan! Me gusta mucho ese planteamiento existencialista que haces en este micro. Da que pensar... Yo fantaseo con la idea de que después de la muerte nos espera una gran aventura, o al menos una segunda oportunidad (no sé). Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHol, Beri. Yo también hago ese ejercicio y cada vez encuentro estilos de vida muy diferentes, casi nunca perfectos. Gracias por compartir tus planteamientos.
EliminarUn abrazo.
Gran relato, Isan. Es una lástima que termine así. Su familia le recordaran por medio de fotos y las cosas que pasaron juntos. Desde otra dimensión quedan esperanzas de que algo fantástico pueda ocurrir. Emotivo tu relato y muy bueno.
ResponderEliminarHola, RR_misterio. Pues sí, al final todos terminamos mal. Es la faena que nos hace la vida. En este caso queda alguna esperanza de que algo pueda ocurrir como dices. Me ha gustado tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Hola Isan, como te han dicho, muy emotivo, y esperanzador, aunque yo me atrevería a decir que con la esperanza hecha realidad. Ese último párrafo es esclarecedor y das por hecho tu visión para el relato, que puede ser o no la tuya propia, pero que en este caso me gusta. Nos pasamos la vida deseando algo, y ese mensaje de que por fin conseguiremos ese anhelo deja un muy buen regusto: aunque ellas no lo vean para él sera suficiente sí hacerlo.
ResponderEliminarMuy bueno, realmente tremendo relato.
Un abrazo y nos leemos!
Hola, Pepe. Está bien que hagas esa diferenciación entre el narrador y el autor porque de esa manera se permiten muchas cosas como que siga la esperanza del difunto.
EliminarGracias por el comentario tan positivo.
Un abrazo.
Me ha parecido un relato de lo más asombroso hasta tomar conciencia, según avanzaba en la lectura, de la otra situación paradójica después de lo de la zanja. Lo creía en cama, reposando sí, pero vivo.
ResponderEliminarMe has sorprendido compañero. ¡Bien por ti!
Un abrazo.
Hola, Francisco. Me alegro que hayas tenido esa sorpresa que era un objetivo. El título venía en plural precisamente por eso que comentas. Gracias por pasarte por aquí y comentar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha encantado la paradoja que inspira tu propuesta, estimado Isan, ya que considero meritorio el ingenio de narrar justamente la otra cara del espejo o la parte surrealista que complementa el trágico realismo de los hechos que acompañan al desgraciado protagonista, quién tuvo que morir para descubrir esta nueva conciencia, capaz de poder realizar sus deseos a cambio de perder la densidad material del cuerpo físico.
ResponderEliminarAdmite bastante contenido para reflexionar acerca de las paradojas que nos ofrece nuestra existencia tanto de este lado material como del inmaterial o complementario.
¡Enhorabuena!
Un abrazo.
Hola, Estrella. Ya sabes que hay que morir para descubrir que existe vida después de la muerte. Al menos eso dicen. Yo espero que no haya porque me temo que que no será mejor, así que habrá que disfrutar mientras podamos. racias por tu estupendo comentario.
EliminarUn abrazo.
Hola Isan, pues si que es una paradoja, ver sin ver, sentir sin ser sentido. Una triste realidad la de este protagonista que cuenta su historia desde el otro lado. Muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Emerencia. Gracias por tu comentario. Como dices triste realidad, pero, al menos , verá los preciosos ojos de sus hijos y todo lo demás.
EliminarUn abrazo.
Impactante micro Isan, una triste realidad. Esa esperanza que en la otra dimensión puedan verse es esperanzador.
ResponderEliminarTe felicito por como desarrollaste toda la historia.
Un saludo
Puri
Hola Puri. Pues, sí, triste realidad y alguna esperanza. Gracias por la felicitación.
EliminarUn abrazo.
Desde luego, Isan, la vida está llena de paradojas y nuestro protagonista recibe el regalo póstumo a su muerte de poder ver a su familia sin que ellos puedan verlo a él.
ResponderEliminarUn relato muy bien llevado.
Un saludo.
Hola, Bruno. Paradojas, sí. Ahora verá la vida desde otro punto de vista. Perdón por la broma. Gracias por leerme.
EliminarUn saludo.
Brutal. Ese giro hacia el final, que desvela la verdadera situación de tu personaje, es el toque que le da un valor añadido a la historia "habitual" de un invidente. Y el final muy emotivo. Ojalá pudiéramos ver, una vez en el más allá (en el improbable caso de existir), a nuestros seres queridos. Y en este escenario que nos describes, es especialmente emocionante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Josep Mª. Lo que la realidad nos demuestra como improbable como dices, la literatura lo hace posible y no estaría mal que así fuera, creo, aunque vete tú a saber.
EliminarUn abrazo, Josep Mª.
Hola, Isan.
ResponderEliminarQué historia, triste y conmovedora. De verdad que transmite una pena inmensa, pero al mismo tiempo se fragmenta en ella una ilusión del qué futuro.
Es muy emotivo, rompe bastante el corazón, por el amor que tiene tu personaje a los suyos. Me ha gustado ese discurrir de las emociones.
Un saludo.
Hola, Irene. Agradecido por tu comentario. Cuando escribo un relato de pena y tristeza, siempre tengo mis dudas, no de escribirlo, sino de hasta dónde se puede llegar sin caer en el melodrama.
EliminarUn abrazo.
Lo que más me gusta de este magnífico relato el sentido del humor que incorporar a un acontecimiento tan desgarrador.
ResponderEliminarHola, Macondo. Parece que es válido meter un toque de humor aun en situaciones trágicas. Me alegro que lo aprecies.
EliminarSaludos.
Buenísimo...tocas un tema muy interesante, la vida después de la muerte, ¿acaso completa nuestras carencias? ¿un ciego podrá ver?, ¿un sordo podrá oír?... pero bueno me encantó el enfoque original con el que trataste el tema. Te felicito.
ResponderEliminarHola, Ana. Supongo que si hubiera vida después de la muerte mejoraría la calidad de la existente, de lo contrario sería una faena continuar con los mismos impedimentos, traumas y defectos, digo yo. En cualquier caso es bueno especular con ello. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Buen micro, Isan. La despedida de un ciego a su familia una vez sepultado. Me ha gustado tu relato, no por ser increíble es menos verosímil, y eso es gracias a ti.
ResponderEliminarHola, Carles. Me gusta esa diferenciación que haces entre creíble y verosímil. Gracias por comentar.
EliminarUn saludo.
A pesar de que el trasfondo de la situación sea algo triste, siento que este nuevo fantasma apenas pueda liberarse de su quietud autoimpuesta podrá disfrutar el ver a su familia y estar con ellos, al menos el tiempo que necesite antes de irse al Más Allá. Hermosa historia. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Cyn. Ya lo creo que es triste, la muerte es una faena por no decir algo más gordo. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Hola Cyn. Ya lo creo que es triste, la muerte es una faena por no decir algo más gordo. Me alegro de que te haya gustado.
ResponderEliminarUn abrazo.
A través de una paradoja que conlleva a otra, y a causa de ellas se ve como se fracciona la vida del protagonista, paso a paso hasta donde es consciente de que al fin podrá ver a los suyos sin embargo, ellos a él no. Triste, pero esperanzador, además me ha gustado mucho ese toque místico que se intuye cuando una persona está a punto de traspasar ese umbral que va de la vida a la muerte, o viceversa (según se mire), y me haces ver a un hombre que a pesar de todo va asumiendo su nuevo estado y estadio o, "esencia y sustancia" que pronto será su morada.
ResponderEliminar¡Fantástico!
Un placer leerte, isan.
Saludos cordiales.
Hola, Mila. Interesante eso de esencia y sustancia. En esas estamos. Gracias por tu comentario, Un abrazo.
ResponderEliminarIsan, genial relato, se dice (y a mi me parece muy posible) que antes de deshacernos del cuerpo, hay una especie de trance, y llegado el momento de la muerte, se reposa, antes de tomar conciencia de lo que realmente ha ocurrido, y esto lo dejas ver claramente en tu relato.
ResponderEliminarTambién se dice, que antes de ocupar nuestra nueva forma de vida (de reencarnar), atravesamos por un periodo de reconstrucción temporal, en el cual somos conscientes de todas las experiencias de nuestra reciente vida, las dulces y las amargas... y que nos dan un tiempo prudente para estar presentes en esta sin ser vistos, pero viendo nosotros todo lo que sigue aconteciendo. Esto también lo reflejas de maravilla, y también lo creo muy posible. Todo esto con la finalidad de llevar una mejor vida en nuestra próxima encarnación.
Me ha gustado la senda por la que te llevó la imaginación para participar en este reto, realmente genial tu micro Isan.
Hola, Harolina. Efectivamente las posibilidades de lo que ocurra después están muy abieertas, lo malo (o lo bueno) es no las descubriremos hasta que no estemos en la situación y eso no lo cuenta nadie que yo sepa. La opción de que cada cuel piense lo que más le convenga no está mal.
ResponderEliminarGracias por comentar.
Un abrazo.
Un abrazo apretado y sin pandemia, con todas la felicidades que mereces además de tu Tintero de Plata. Bien que te lo mereces. !Bravo, compañero!
ResponderEliminarGracias, Juana, estoy encantado con un Tintero inesperado. Un abrazo también para ti.
EliminarIsan describir lo que se siente después de la muerte es una buena idea para este micro. Quién sabe si desde allá donde esté su alma pueda ver a su esposa e hijos. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Mamen. Ya te diré cuando me toque qué sensaciones tengo. Gracias por comentar. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, me gusto leerte. Ese futuro de revancha es triste porque implica la muerte de sus seres queridos. Hasta que no nombrarse la tierra que se interpone, tuve la esperanza de que estaba vivo. Muy creible
ResponderEliminarHola, Roxana. Hasta el final quise tapar este "pequeño detalle". Me alegro que te gustara. Gracias por pasar. Un detalle: este es el relato del mes pasado, el de este mes basado en el conflicto de pareja contado con humor aún no lo he presentado, pero enseguida lo hago. Un abrazo.
EliminarEz, eskerrik asko.
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