2021-04-04

LA SOMBRA DEL VATICANO ES ALARGADA (Y LAS MANOS)

 

Hay que reconocer que dos mil años de historia dan para mucho. Se empieza con humildad, como pidiendo permiso, predicando la buena nueva donde todos somos hermanos, ¡aleluya!, y se termina siendo la mayor industria de fabricar dinero. Con una mano expertos en vender humo y expectativas para una vida inexistente y con la otra inflexibles condenándote al fuego eterno, los hacedores del bien y del mal, hábiles en el manejo de la dialéctica y en el uso de maniobras arteras. Su patrimonio crece a base generosas donaciones, herencias de devotos, aportaciones del Estado, Sociedades de Inversión (SICAV), Fondos Éticos y Solidarios,  Carteras de Fondos e Inversiones con un perfil de riesgo bajo y fines especulativos. Los bancos se rifan a obispados, congregaciones, hermandades y Opus Dei considerados clientes VIP para atenderlos en su banca privada. En el sumun de la insolencia acordaron con el Gobierno de España que los contribuyentes, cuando hagan la autodeclaración de la renta, pongan el destino de una parte de la recaudación para la Iglesia Católica Apostólica y Romana, que es la que tiene su sede en el Vaticano. Y por si pudiera quedar algo, recogen la calderilla de los bolsillos de los feligreses pasando la gorra en las iglesias.

 

No me digas que no es ingenioso. Pero hay más. Con las inmatriculaciones lo están petando. Sin tener que demostrar derechos de propiedad sobre los bienes, en virtud de un cambio de la Ley Hipotecaria, el gobierno de Aznar autorizaba a los obispos a hacer de fedatarios públicos para que pudieran poner a su nombre los templos de culto, algo que siempre se han considerado bienes de dominio público o comunales. Pero ya desde mucho antes se han hecho con casas, fincas rurales, monumentos, cementerios, plazas, o cualquier bien inmueble simplemente con un documento del propio obispado a quien se le concede funciones sin ser Registradores de la Propiedad como la Ley obliga. Esto supone la bagatela de más de 70 000 fincas que pasan a su propiedad a coste cero. Muchas están alquilando o vendiendo, otras se están cayendo a pedazos, literal, por no gastarse en su arreglo. Para remate final, en virtud del Concordato, el tratamiento fiscal de los negocios de la Iglesia Católica no pasa por caja.

 

El Banco Ambrosiano si se pudiera definir en pocas palabras sería: dinero, poder y mafia aderezado con un toque de religión a modo de tapadera. Era un banco italiano que se derrumbó estrepitosamente en 1982. En el centro del fracaso de este banco estaban su presidente, Roberto Calvi, Paul Marcinkus (arzobispo acusado de ser el brazo ejecutor del asesinato del papa Juan Pablo I), algunos cardenales, obispos y prelados de alto rango de la Iglesia Católica, Michele Sindona, empresario y banquero siciliano famoso por sus contactos con la mafia y que dio entrada en la trama a la logia masónica P2, con miembros pertenecientes a la banca, a la política, al periodismo, a la judicatura, a las Fuerzas Armadas, etc. El Banco Vaticano era el accionista principal del Banco Ambrosiano, y la temprana muerte del papa Juan Pablo I de un supuesto ataque al corazón en 1978, dio lugar a que algunos medios sospecharan de que estaba ligada al escándalo del Ambrosiano, banco acusado de concentrar fondos secretos de los EE.UU para el sindicato polaco Solidaridad o para los Contras en Nicaragua, entre otros. El Banco Vaticano se ha visto envuelto en constantes escándalos y misterios  (muertes, secuestros y suicidios)  sin resolver desde su fundación en 1942.

 

Sería procedente que, como dijo su líder y fundador, dieran a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar y se centraran en aquello para lo que fueron creados: administrar ese «mi reino no es de este mundo»: la obra pastoral y la salvación de sus almas, sin interferir en asuntos mundanos ajenos a su organización. Por parte del Gobierno se debería declarar las inmatriculaciones nulas de pleno derecho o recurrir a una desamortización de bienes al mismo coste de su adquisición —es decir coste cero—, porque ellos, motu proprio, no lo van a devolver, y se revirtiera la propiedad a los municipios o al estado, pero me temo que todo quedará atado y bien atado en el estatu quo con la firma de un nuevo Concordato.

 

Para terminar, parece de mal gusto mezclar los temas del peculio con los del alma (por llamarla de alguna manera), pero en este caso es inevitable porque ambos aspectos se dan en esta institución en abundancia y con desmesura. Por un lado su atávica obsesión en la represión (a los demás) del sexo y por otro la laxitud en el comportamiento bastante generalizado de sus miembros. No voy a poner calificativos porque la lista sería interminable. Y aquí está la paradoja: lo primero sirve para tapar los escándalos de lo segundo.

 

Hoy, domingo de Resurrección, que es rehabilitación, renovación retorno, reintegro, recuperación, y significados en torno a la misma idea, podían aplicarlo simplemente mirando su doctrina y devolver lo que no es suyo. Amén.

 

3 comentarios:

  1. Muy buen articulo.
    Un secreto a voces. La iglesia catolica una vez prueba que son unos hipocritas.
    Un saludo

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  2. Hola, Yessy. He hablado de la católica porque es la que conozco, pero muchos otros viven del mismo cuento. Gracias por pasar. Saludos.

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  3. Hay creencias que rebasan todos los límites de la decencia y este timo es una de ellas. Aprovecharse de la necesidad y la indefensión de las personas es perverso.

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