2014-02-07

EL ALMA

A veces me pregunto si no vivo excesivamente pegado a mi pasado o, tal vez, simplemente es que en ocasiones afloran mis vivencias y recuerdos que, para bien o para mal, forman parte de mi memoria y por tanto, de mi ser.

Viene esto a cuento de que, con la pretendida reforma de la ley del aborto, la caverna presionando y la Iglesia adoctrinando urbi et orbi, hace que rememore aquellas grandes preguntas existenciales: quienes somos, de dónde venimos, adónde vamos, a las que he ido dando respuesta provisional, y otras como ¿dónde se almacenan las almas antes de nacer las personas, o se van fabricando en función de la demanda? Dicho así suena a coña, pero mirémosla con ojos críticos porque tiene su miga.

No sé, quizás sea un raro pero este interrogante me subyugaba ya en el prolongado tiempo en el que viví metido hasta en fondo en el ambiente -digo en el de los curas- y jamás hallé respuesta satisfactoria. Y de esta pregunta nacen otras que una persona reflexiva y crítica como yo se debe hacer ¿Existe un número limitado de almas pendientes de acoplarse a un cuerpo? Si es así, ¿se acabará el mundo cuando se agote el almacén? ¿Sienten mientras esperan a que llegue su hora o están en hibernación? ¿Cómo se organiza para que cada alma vaya con un cuerpo determinado o es aleatorio? Si ellas no eligen su cuerpo ¿hasta qué punto son responsables de sus actos? ¿En qué momento toman contacto? cuando el espermatozoide penetra en el óvulo o cuando el cigoto se divide en blastómeros. Para la Iglesia debe ser muy pronto a juzgar por su obstinación antiabortista equiparándola al asesinato de personas.

Profundizando en las consecuencias del aborto, sea este espontáneo o forzado, me pregunto si estas personitas o nasciturus como gusta decir a la jerarquía, vuelven a esperar otra oportunidad en una especie de reencarnación, pasan directamente a otro estadio superior o son evanescentes. Después del anunciado juicio final ¿se unen como dicen su mismo cuerpo y su misma alma? A algunos, aunque no sean abortos, no les hará mucha gracia.

Y ya lanzados a divagar, si no se bautizan no pueden ir al cielo sino al limbo. Total, tanto esperar para nada. Aunque las nuevas tendencias aseguran que no existe el limbo. Me pregunto dónde estarán los millones que antes, sí o sí, iban ahí. Demasiada humanidad para dejarla fuera de la gloria.

Y del limbo al infierno, porque el que aborta va a él directamente si muere sin confesión. Como por ejemplo por el uso de drogas, por la fornicación, por masturbarse o por gula, todos ellos pecados mortales. ¿Es justo que una persona con sus limitaciones y carencias pueda permanecer toda la eternidad sufriendo y padeciendo por un hecho puntual y efímero?

Podría ocurrir que en una familia católica el padre fuera al purgatorio por mirarle a la vecina los pechos; la primera hija al cielo porque, al tener dos años, no ha pecado; la segunda al limbo pues murió con seis meses y no la bautizaron; y la madre directamente al infierno por abortar. Con el cigoto abortado no sé qué pasa. Tal vez exista un quinto espacio ignoto de donde procedió y vuelva a él en un bucle a esperar mejor oportunidad.



Estos son los interrogantes que un tiempo ocuparon mis meditaciones más profundas. Reconozco su carga irónica, pero obedecen a la lógica del pensamiento crítico, porque no se trata de comulgar con ruedas de molino.

1 comentario:

  1. Conforme me voy acercando a cierta edad, la verdad es que el tema del Alma me sugiere y estimula mucho, primero porque es el gran tema pendiente de resolver y segundo porque el hombre como tal no tiene los medios materiales adecuados para dar una respuesta en tal o cual sentido. Yo, debido quizá a mi educación cristiana no he conseguido encontrar unos documentos mejores que los evangelios para dar respuesta a ciertas preguntas que haces. Lo primero que tengo que señalar es que los evangelios son unos documentos históricos que reflejan bastante acertadamente la vida del Hijo del Hombre. Estos documentos han sido puestos en tela de juicio muchas veces, pero su contenido, su mensaje sencillo y fácil de entender, se contraponen a la ciencia actual tal y como la entendemos. Yo, personalmente y desde mi juventud he sido un apasionado lector de Stephen Hawking con su teoría de los agujeros negros, y resulta que ahora él mismo en un gesto que le honra y engrandece afirma que sus agujeros negros no son tal y como los había concebido. Con ello quiero resaltar que la ciencia actual tiene muchas limitaciones, cosa que no ocurre con el mensaje espiritual y de conducta de los evangelios. Te haces muchas preguntas sobre si hay un alma, en donde está adonde iremos después de esta vida etc...Mi respuesta es que releas los evangelios con capacidad de análisis y la respuesta a todas esas preguntas las encontrarás allí. A modo de ejemplo te diré que en un momento determinado los apóstoles le indican a Jesús donde se encuentra a Dios. Jesús les responde que en el corazón de cada uno de ellos, indicando, así lo interpreto yo, que cada uno de nosotros somos una pequeña parcela espiritual (llamémosle alma) de un todo que conforma el Universo. Qué hablar del tema del aborto, yo no conozco a ninguna mujer que por capricho haya querido abortar, pero no tengo una respuesta categórica sobre este asunto. El motivo principal es que yo soy determinista, es decir cualquier acción por ínfima que sea tiene consecuencias sobre lo que nos rodea, las ciencias precisamente son las que me han llevado a esta conclusión, y por tanto creo que una decisión de ese tipo conlleva consecuencias que no sé si serán buenas o malas, pero que las tiene.

    ResponderEliminar

No te cortes, este es el sitio para expresar tu opinión