El
otro día me decía una persona con la contundencia de quien lo tiene muy claro,
que en la vida no existían las casualidades, que todo eran coincidencias. Yo no
estoy tan seguro, incluso diría que en total desacuerdo y que, además, ambas se
pueden combinar, es decir, que se puede coincidir por casualidad. De hecho
ambos concurrimos simultáneamente, en el mismo lugar, a la misma hora y sin
previa cita entre una multitud de treinta y cinco mil personas que dijeron que
estábamos.
Siempre he pensado que la vida está llena de
casualidades. De historias que pasan o no pasan o que podían haber sucedido al
revés por un ínfimo detalle o, como se define a la casualidad, por una
combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar. Cómo puede
cambiar tu vida en un instante si tomas un camino u otro, si te paras o entras
en un lugar y te encuentras, o no, con alguien que en el último instante ha
modificado también su trayectoria. O por poner un ejemplo cotidiano, si te cae
un piano del cuarto piso en el instante de pararte a mirar un escaparate y te
aplasta, o te cae al lado y entablas la relación de tu vida con el dueño o la
dueña del mismo.
Casualidad
o coincidencia -o ambas cosas- es lo que sucede con mi sección de relatos breves.
Desde cerca del 20-N no metía una historieta en esta sección, y ahora meto otra
que por casualidad y coincidencia es cerca del 23-F. Tiene su gracia, dos
fechas con tintes siniestros tal como están resultando mis relatos.
Ya
que menciono estas fechas, desde unos cuantos años atrás esos dos días al año nos
venimos juntando los amigos para cenar. No es que estemos celebrando las
efemérides que entonces ocurrieron ni lo contrario. La casualidad hizo que
coincidieran las convocatorias y ahora sirve de recordatorio y no se hace
necesario que marquemos el calendario. El ritual de la cena viene a ser en lo
fundamental el mismo que se repite año tras año y esto si que no es casual.
Pero esa es otra historia.
El
relato se puede leer pinchando en Relatos breves situado
arriba.
Dices que los relatos tienen tintes siniestros, no sé pero lo cierto es que los personajes son bastante frikis. ?O se trata del mismo individuo?
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