Los tres grandes
temas que me sorprendieron en mi visita a USA y que comenté en el post
anterior: comida basura, sin techo y religiones, se concentran en una foto
tomada sobre la marcha en una calle de Los Ángeles. Demasiadas contradicciones
juntas. Unos sin techo –y supongo que también sin comida- viven al lado de un
gran cartel que anuncia un carnaval: «festival de comida» y de un lujoso
edificio cuyos propietarios predican la caridad, o al menos se supone: «Escuela
preparatoria del Bendito Sacramento de Jesús».
Voy a ser un poco
sarcástico. Supongo que no los tendrán a los mendigos apalancados a esos bancos
para que sirvan de ejemplo adverso y estimular al alumnado a estudiar para que
no acaben como ellos. Por cierto, los bancos están hábilmente diseñados para
hacer imposible tumbarse a lo largo de él, ya que, como se aprecia en la
imagen, tienen unas incómodas barras que lo impide y que no sirven siquiera
para apoyar los brazos. Así que están hechos a conciencia. Y no me refiero
precisamente al sentido de haber orado con rectitud.
Y para rematar -nunca
mejor dicho- la escena, descubro que en banco de la derecha, se asoma una mano
empuñando un revolver y apuntando al individuo que se encuentra de pie. Se
trata de la propaganda de la película «Los siete magníficos», pero se presta a elucubraciones
interesantes. A mí se me ocurren varias y no muy amables, del estilo de: “No me
gusta tu cara, negro”, “Este banco es mío”. Así que no me he resistido a subir
seguidamente otra foto con otro encuadre y algún retoque de estilo.
Se pueden ver ambas
pinchando en la pestaña superior IMÁGENES.