Qué
bonitas son las leyes que regulan nuestra convivencia y nos hacen vivir felices
y contentos. Pues no. No sólo es su mala aplicación, que de eso abunda, sino
que la propia Ley no cumple esa función idílica.
PRIMERO.-
Todas las leyes que existen son legales
y con pleno efecto. Si alguna se declara ilegal, deja inmediatamente de ser
ley. O es ley y se aplica, o no se aplica porque ya no es. Lo que parece una
obviedad, no lo es tanto. No siempre se pueden resarcir las consecuencias de la
aplicación de una ley declarada ilegal. Deja de existir pero perdura su efecto.
Ejemplo: pena de muerte.
SEGUNDO.-
Que sus disposiciones sean legales no quiere decir que muchas sean justas, ni
acertadas, ni equitativas. Ejemplo: Eliminación por ley de una paga a los funcionarios
pese a que forma parte de su salario legal.
TERCERO.-
Un principio básico del Derecho es que la ley debe ser para todos (erga omnes que se dice en el argot). Hay
muchas que tienen un tufillo de haber sido dictadas ad hoc (para esto). Luego en la explicación de motivos -que en
muchos casos no deja de ser otra cosa que literatura barata- se trata de dar
esa apariencia de que la
Justicia es ciega, es decir, que no mira a quién, sino qué.
Ejemplo: ilegalización de partidos.
CUARTO.-
Muchas leyes son ilógicas. Podían ser como son o justamente lo contrario y
seguirían siendo justas, acertadas y equitativas. Ejemplo: Las normas de
circulación. Se conduce por la derecha pero igual se podía haber dicho que por
la izquierda como en países anglosajones.
QUINTO.-
Cuando un rico o un empresario paga legalmente menos impuestos que sus empleados,
es que la ley no cumple su función de redistribución equitativa. Ejemplo: las
estadísticas mandan.
SEXTO.-
Cuando a medida que los asuntos que regula son más políticos, encona más al
personal que las padece en contra de su voluntad, lo que rompe el objetivo de
facilitar la convivencia pacífica. Ejemplo: La obligación de quitar o poner
banderas y retratos de uno u otro color.
SÉPTIMO.-
Cuando uno no entra en la cárcel porque se le aplica la Doctrina
Botín y otro no sale porque se le aplica la Doctrina
Parot , es que la vara de medir se estira o se encoje a
conveniencia de parte. Ejemplo: Botín y Parot.
OCTAVO.-
Cuando condenan por ser de organización terrorista sin que el reo sepa haber pertenecido, militado o apoyado a ninguna organización delictiva, se
suprime el carácter garantista que anima la ley. Ejemplo: sumario 18/98.
NOVENO:
Cuando en el estricto cumplimiento de la ley una sentencia condena a once años,
luego rebajado por el Tribunal Supremo a siete años y 6 meses, por ser
militante de Jarrai y donde el argumentario contiene perlas como esta: como parte de sus funciones se encargó de
obligar al personal sanitario del ambulatorio de la zona centro de Bilbao a
hablar en euskera realizando seguimientos para su cumplimiento –cita literal
de la sentencia-, sería para echarse a reír y no parar, pero no hace ni pizca
de gracia una prueba tan contundente, sobre todo a quien estará los siete años
y seis meses chapado.
DECIMO.-
Cuando un gobierno dice que aplicará la ley sin que le tiemble la mano, hay que
echarse a temblar porque se avecina la mayor barbaridad. O antes le temblaba o
se le ha ido el asunto de las manos. En definitiva, todo queda en sus manos.
CONCLUSIÓN.-
A la vista de cuanto antecede debo declarar y declaro que las leyes son buenas
para quien las hace y malas para quien las padece. Que Ley y Justicia no son
sinónimos pues en nombre de la
Justicia y con la
Ley en la mano se han cometido las mayores barbaridades de la
historia de la humanidad. Dice la sentencia popular: quien hizo la ley, hizo la
trampa.
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