2013-05-03

MEMORIA SELECTIVA

Que cada uno entiende la fiesta según le va es algo evidente. Lo vemos constantemente en nuestro devenir diario. Un mismo hecho objetivo cada uno lo percibe de distinta manera, lo interpreta según su subjetividad  y lo cuenta a un tercero con los adornos que gusta añadir. Las tres fases pueden ser un relato diferente.

Dicen los expertos que tenemos una memoria selectiva. Es indudable que no nos acordamos de todo y que lo que nos acordamos sufre un maquillaje posterior. Podemos relatar episodios de nuestra infancia como recuerdos almacenados, quitando o poniendo partes según interesa, que desfiguran completamente la realidad de lo acontecido. Puede ser que esos recuerdos los hayamos reconstruido a partir de informaciones posteriores o de fotos, añadiendo retazos de nuestra personalidad actual. Es lo que se denominan falsos recuerdos que no tienen por qué haberse cambiado a propósito.

Todo esto ha venido a mi pensamiento porque puede que dentro de un tiempo tenga que declarar como testigo de un atropello circulatorio. Y aquí es donde entra en juego mi memoria. Porque los detalles son importantes. No es lo mismo estar a un lado o a otro de una línea de diez centímetros de grosor. Procuré no perder detalle a partir de que fui consciente del hecho de que tendría que hacerlo. Memoria fotográfica.

Recuerdo el lugar exacto del impacto, el tiempo que tardó en frenar el coche llevándose a la criatura por delante unos metros. Recuerdo el color amarillento pálido del pelo de conductor a juego con la carrocería del vehículo y cómo, en un acto inconsciente éste trató de levantar a la niña. Yo estaba allí para impedirlo, para calmar a ambos y poner bajo su cabeza -de la niña me refiero- una toalla -que casualmente llevaba por venir yo de la sauna- para que se le hiciera menos incómodo el duro asfalto. Recuerdo haberme acercado a un local cercano para avisar a sus padres cuyo nombre me dio la chiquilla que estaba seguramente ilesa pero asustada, nerviosa y llorosa.

Recuerdo cómo empezó a agolparse alrededor gente de lo más variopinta. La conductora del vehículo de atrás empeñada ser testigo, pero que, por ir detrás, vio poco. El joven que iba por el otro lado de la plaza. Ambos querían quitarme el protagonismo que legítimamente me correspondía. Dos médicos que se presentaron, uno de ellos como pediatra. Una sudamericana que sacó su móvil última generación para avisar, pero que seguro que su intención era encajarnos un contrato de permanencia. Un señor que conozco del barrio que le falta un hervor y siempre aparece cuando ocurre algo. Y algún curioso que, atraído por el morbo, sacó alguna foto desde el coche.

Recuerdo todo eso nítidamente, pero extrañamente no recuerdo el lugar exacto donde yo me encontraba. Al de atestados le dije que en la mediana, pero puede que fuera en la otra acera. Así que mucha memoria fotográfica, pero seguramente lo que he almacenado ha sido una toma con zoom de manera que he acercado el plano.

En poco tiempo el caos circulatorio fue total. Llegó la policía antes que la ambulancia. Restableció la circulación, nos apartó a los testigos, aparecieron los padres y se llevaron a la niña en camilla completamente inmovilizada, cuando ella lo que querría seguramente era seguir con sus patines.

11 comentarios:

  1. ¿Un recuerdo es algo que tienes o algo que has perdido?

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  2. Me recrimina mi diletante esposa (¡toma repelencia!) mi desafortunado comentario acerca del teléfono de la sudamericana y tiene razón. Mi ánimo no era ofender a nadie, el teléfono era real, lo demás está fuera de lugar.

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  3. Un recuerdo es la huella que queda en nuestra memoria de un suceso vivido. O de un suceso perdido. Aquello que tuviste que hacer y nunca hiciste. Aquella oportunidad que se presentó y nunca la aprovechaste. No sé. Es todo tan subjetivo. Y lo podemos pintar de mil colores. Llamarlo de mil maneras. Para mi un recuerdo es algo que tienes, lo otro lo llamaría alzeimer, amnesia...

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  4. No está mal tener recuerdos, pero es peligroso vivir de ellos.

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    1. Todo nuestro ser está formado de "recuerdos" . Nuestro ADN es un "recuerdo" patente de nuestro yo. A partir de ahí aprendemos el resto. Son los que nos hacen tomar conciencia de nuestro presente. El día que ya no formen parte de nuestro bagaje, el día que desaparezcan ese día, la vida ya no tendrá ningún sentido. Así que amigo, te gusten o no ahí seguirán, su peligrosadiad dependerá del uso que hagas de ellos.

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  5. Para mi es fundamental tener recuerdos. Compartirlos es fuente de momentos intensos y tremendamente satisfactorios en muchas ocasiones. Te llenan de vida. Pueden tener un matiz triste, pero en una balanza gana la satisfacción.
    Esto en lo que se refiere a recuerdos personales. En los recuerdos de sucesos ajenos hay dos opciones: ser lo más aséptico posible a la hora de relatarlos para intentar transmitir lo más parecido a la realidad, o sobreactuar intencionadamente para inclinar el suceso hacia determinados intereses. Esto que dicho así parece una tontería, es la base de muchas manipulaciones que tienen como objetivo influir en la opinión ajena. Podría tener relación con que "la información es poder"?.

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  6. ...y cada noche al acostarnos nuestro cerebro procesará toda la información del día, desechando o clasificandola según las sensaciones percibidas. Y todas esas sensaciones o emociones irán escribiendo el "guión" de nuestra película. Esa película que como actores protagonistas, tendremos que interpretar en el escenario de nuestra vida. THE END.

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    1. A ti también te ha salido un buen guión.

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  7. Por muchos esfuerzos que hagas para dar la versión perfecta de los hechos, jamás lo conseguirás. Siempre será "tu" versión. Así que relájate. No te sientas único testigo de los hechos "con derecho a roce". Hubo más. No le des más vueltas. Porque seguramente al único que llamarán a declarar será a ese señor del barrio que le falta un hervor y que siempre aparece cuando ocurre algo ... a saber.

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    1. Bueno, pues me llamaron por teléfono. ¿Y que me preguntaron? DONDE ME ENCONTRABA YO. Ya me sabía la respuesta. Hubo mas testigos, pero yo fui el primero.

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