Sabemos que un año es el
tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta al Sol. Es un periodo acotado,
pero no pasa igual con las estaciones climáticas. A alguien se le ocurrió, y
desde entonces así se hace, dividir el año en cuatro estaciones y que cada una
ocupara un cuarto de año. Tres meses que no siempre empiezan en el mismo día y
hora. Establecer esto tiene una explicación científica. Comprendo que si en el
hemisferio norte es invierno, en el sur sea verano y que cada estación del año tenga la misma
duración en todas partes, pero no son iguales. Todo depende de dónde nos
situemos para percibir de distinta manera cada una y ahí entran en juego la
latitud y la altitud.
El caso es por aquí hay una
desigualdad manifiesta entre cada período. Tenemos un largo invierno y el resto
que se reparten el poco tiempo que les queda apresuradamente. El otoño pasa más
rápido de lo que nos gustaría y si quieres contemplar paisajes como el de la
foto, tienes que espabilar porque para estas fechas la nieve ya ha llegado sin
dar tiempo a que el otoño luciera todas sus galas un poco más para nuestro
deleite. Entre tanto disfrutaremos del poco otoño y esperaremos el mucho
invierno.
Para volver a ver el paisaje
otoñal de la foto tendré que esperar al año que viene o pinchar AQUÍ
Preciosa foto, Isan. La verdad es que la desigualdad esa que narras es tan dispar que se nota hasta en España. Tú dices que por el norte impera más el invierno que el resto, aquí, en el levante, es al revés; tenemos verano 9 meses y 3 de frío a medias. De hecho, el domingo pasado llegamos a 30 grados, aunque en este ya ha venido una ola de frío que parece que viene para quedarse, espero que sí, se echa de menos el calor de la hoguera je, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo!
El tiempo es imprevisible aunque se vaticine por todas partes. Cierto que últimamente algunos afinan bastante. Yo lo que hago es adaptarme a lo que venga y disfrutarlo en la medida de lo posible. Dicen los noruegos (creo) que no hay mal tiempo sino ropa inadecuada, así que yo hago como las cebollas, me quito o pongo capas según necesidad. Un abrazo.
EliminarDe entrada, que maravilla de fotografía, con esos colores otoñales y que, como bien dices, duran tan poco. Bueno, es lo que tiene la belleza pasajera, que si se hiciera perenne lo mismo no la sabríamos apreciar.
ResponderEliminarEl tiempo por Canarias, según donde estemos más que cuándo estemos. Si vas a la montaña abrigadito, y al bajar te vas quitando ropa hasta quedarte en bañador y de paso un chapuzón en la playa aunque estemos en noviembre.
Otoño es precioso, aunque tenga mala rima.
Un abrazo, Isan.
Hola, Isabel. Qué suerte eso de ir quitándote ropa a medida que se baja de la montaña. Es lo de las capas que le comentaba a Pepe de los noruegos. Las Canarias no es un mal destino para pasar el invierno sin enterarte. Disfrútalo.
ResponderEliminarUn abrazo.
...Y con el cambio climático estas diferencias irán a más, presiento. Preciosa fotografía. Personalmente el otoño me gusta y mucho.
ResponderEliminarAbrazo.
Hola, a mí también me gusta, pero la pega que le encuentro es que el día acorta mucho, como su duración. Un abrazo.
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