En la Universidad tuve un profesor
de Derecho Constitucional muy circunspecto: Doctor en Derecho, Letrado-Asesor
del Tribunal Constitucional, Síndico Mayor del Parlamento, eminente jurista y
todas esas cosas que suelen adornar los currículos de los «ilustres juristas de
reconocida competencia» quien, a juzgar por sus méritos, era el idóneo para
versar sobre la materia.
Llegamos un día al Art. 56.3
de la C.E. (Constitución Española), aquel que asegura que el Rey es
irresponsable y, para más abundamiento, sus actos deben estar siempre
refrendados por el Presidente de Gobierno, del Congreso o del Ministro
correspondiente, careciendo el acto de validez sin dicho refrendo. Y también llegamos
al art. 64.2 que determina que «de los actos del Rey serán responsables las
personas que los refrenden».
¿Qué quiere decir esto? Pues
mucho más de lo que parece. Veamos. Según aseguró mi ilustre profesor, esos
actos de los que no es responsable el Rey se refieren exclusivamente a los
ejercidos como consecuencia de sus funciones constitucionales y no de sus actos
particulares. Dicho sea de paso, entró en el examen y saqué un notable. La
irresponsabilidad se refiere a los actos de gobierno que por eso los tiene que
refrendar alguien del mismo Gobierno para hacerse responsable. De lo que no
puede responsabilizarse un Ministro es de un delito de otro por muy Rey que sea.
Lo dice la Ley: la responsabilidad penal es personal e intransferible. Parece
lógico que una Ley no ampare el delito. Llevarse un dinerillo sin pasar por la
caja del fisco es delinquir. Nadie lo pondría en duda, pero parece ser que hay
una excepción, lo que sería la IMPUNIDAD DEL DELITO.
Llevando este absurdo al
límite, podría el Rey dedicarse a matar,
violar o a atropellar casualmente a alguien con el coche, cargarle el muerto al
Presidente de Gobierno de turno y mandarle a la cárcel por ser el responsable. Y
así hasta el infinito. Según todo esto, no sé cómo se ha logrado llegar al
consenso general y aceptar que al Rey no se le puede, no ya juzgar, ni siquiera
investigar. Puede que sea muy legal si así se les ocurre —porque esto no deja
de ser otra cosa mas que una ocurrencia—, pero no es justo. Me parece la mayor aberración jurídica y no
digamos democrática. «Todos somos iguales ante la Ley», decía quien goza de
semejantes privilegios. Y la inmunidad y la impunidad le duran y duran y duran
de por vida y más allá, por lo visto. Me gustaría oír ahora el parecer de mi
ilustre profe. Nada, simplemente por contrastar pareceres. También queda claro
que si lo que firma lo tiene que refrendar otro, esta figura tan regia es un
figurín y que el puesto es absolutamente prescindible.
No se trata de que nos guste
más o menos la monarquía, que también, sino de que a un presunto delincuente no
se le puede juzgar por sus delitos y que, para más escarnio, representa a un Estado,
por tanto, nos representa a todos y ahí es donde me duele más.
Ahora el hijo legatario (no
las hijas que deberían tener los mismos derechos), en un acto para la galería,
sin validez legal y hecho de tapadillo en un momento donde el personal está
acojonado con el COVID-19, toma la decisión de renunciar a la herencia de su testador
y campechano padre. Es de manual. Del de Noam Chomsky en su Diez Técnicas de Manipulación:
1ª La distracción. Se trata de desviar la atención de lo que hacemos con otro
asunto que no nos compete. 4ª Dirigirse al público como si fueran menores de
edad. 5ª Utilizar el aspecto emocional mejor que la reflexión. 6ª Mantener al
público en la ignorancia. Parece que únicamente ha renunciado a esa cuenta que
le han pillado en un paraíso fiscal. Una renuncia que la Ley no permite
realizar en vida del donante. Digo yo que la renuncia debería hacerla por la
totalidad de la herencia como también dice la Ley. No se puede renunciar a
parte. Esto cojo y esto dejo. Y en este todo está incluida la Corona porque
también es hereditaria. Sería la única manera de intentar regenerar una Institución.
Ahora con esto de la “guerra” que se han inventado contra el COVID19 nos salen
con que el Rey es el primer soldado en
esta lucha. Yo diría que está desaparecido en combate.
Todo esto se lo planteas a
los vasallos y, en vez de discutirlo si es que tuviera un pase, se te tiran al
cuello como único argumento. Parece que les gusta, con lo cual tenemos para
rato. Y no he mencionado la herencia franquista que lleva en sus genes esta
monarquía.
Para cerrar esta entrada, no
quiero dejar pasar la oportunidad de mencionar el estribillo de la canción
titulada “Simpático holgazán” de la banda punk de Vallecas Ska-P. Me parece que
es un magnífico resumen: «El Rey, el Rey, saltando por encima de la Ley, el
Rey, simpático holgazán...».
Isan, en leyes soy un total ignorante. Estudié para una oposición e intenté memorizarme todos los artículos de la constitución que pudiera, y conseguí hacerlo con la gran mayoría, pero aun así, y en realidad, no sabía su significado. Porque, por ejemplo, artículo 47: todo español tiene el derecho a una vivienda digna, pero eso... ¿qué significa? ¿Mientras pueda pagársela? ¿Mientras el banco le dé él crédito? ¿Son 75 m2 dignos para una familia numerosa? Suspendí la oposición porque, aunque me lo pudiera saber, en realidad no sabía nada. Y es que parece que cualquier ley, para entenderla, necesitas una carrera, aunque así, y como comentas, es más fácil engañar a la gran mayoría de los ciudadanos.
ResponderEliminarY con esto del COVID-19 pues más de lo mismo.
Interesante entrada, Isan, una de esas de las que se podría estar dialogando mucho rato, y es que parece que entiendes bastante del tema.
Un abrazo!
Hola, Pepe. Las leyes son como los chicles que se estiran o encojen a beneficio de parte. Luego está la interpretación que el Juez le quiera dar donde tiene un amplio margen de discrecionalidad. Como bien dices un tema que da para mucho. Un Ley siempre será legal, hasta los dictadores tienen leyes, pero puede estar carente de legitimidad y, además, puede no ser democrática.
EliminarAsí estamos. Saludos.
¡Hola Isan!
ResponderEliminarMe ocurre como a Pepe, tampoco estoy versada en estas cuestiones de Derecho Constitucional y estos artículos que mencionas no recuerdo bien si los habré leído en algún sitio, pero lo que si tengo muy claro es que estas minorías de la aristocracia mundial han gozado siempre de privilegios en comparación a sus vasallos. Viven como parásitos nutriéndose de las arcas del Estado y ejerciendo de maniquíes, ya que ni siquiera tienen criterio propio, puesto que son otros los que les dictan su comportamiento y opiniones. También esos "otros" cortesanos y fieles servidores de la "corona", desde tiempos inmemoriales han puesto sus vidas al servicio del rey, por consiguiente son los responsables de los actos de sus monarcas y quienes se enfrentarán a la ley. En España, todo esto viene refrendado tal y como nos lo indicas en esta entrada, en ese artículo 64.2 de la C. E.
El abuso de dicha falta de responsabilidad por parte la nuestra monarquía ya se ha demostrado por desgracia en bastantes episodios históricos de nuestro país, como sucedió en 1931 con el exilio de Alfonso de Borbón y la proclamación de la Segunda República Española.
Digamos que la figura de la monarquía representa un lastre en todos los sentidos y carece de valor a la hora de representar a un pueblo, muy al contrario, lo único que significa es la impunidad del delito frente a sus vasallos y la holgazanería de vivir del pillaje.
Te felicito por la exposición tan bien argumentada de un tema de actualidad y de interés general para los ciudadanos de este país.
Un abrazo.
Hola, Estrella.
EliminarMe agrada el espíritu crítico que muestras, más viniendo de una pluma que hace buena literatura. Te agradezco el comentario.
Un saludo.
De leyes no tengo ni pajolera idea, son ganas de sufrir el tenerlas que aprender para ver cómo se las saltan a la torera los que se las saltan siempre. Esa norma instituye por sí sola una ley: La del embudo. De jovencito, cuando mi incultura en cuestiones históricas era comparable a la de muchos talluditos que se tragan todas las milongas que les quieren encajar como verdades absolutas , tenía algo de fe en la monarquía constitucional, algunos presumían de lo discreta que era nuestra corona. Ya me encargué de aprender, estudiar, documentarme y empaparme de la historia de este país. Los reyes, la nobleza y la aristocrática casta de los caraduras siempre serán los mismos perros con diferentes collares. Todo para el pueblo pero sin el pueblo era una de sus premisas. Y a vivir a cuerpo de rey que para eso los siervos de gleba nos pagan nuestros excesos, vicios y necedades que ya nos encargaremos nosotros de enriquecer el patrimonio familiar, que no el nacional, a espaldas del pueblo llano que nos vitorea.
ResponderEliminarEn fin que me declaro anti monárquico hasta las cachas, por simple higiene mental y por pura practicidad. Sabiendo que estos no me solucionarán ninguno de mis problemas, cuando ellos son en muchos casos el problema. Ley de las fuerzas contrapuestas.
Un abrazo.
Efectivamente, como lo expones, es la cosa. Queda mucho recorrido. Gracias por comentar, Un aludo.
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