Como dijo George Bernard Shaw, Premio Nobel de Literatura:
“los políticos y los pañales hay
que cambiarlos con frecuencia y por los mismos motivos”.
Hay gobernantes que se perpetúan
en el poder a golpe de dictadura, otros ganando elecciones consecutivas. El
mismo efecto con métodos opuestos, por eso la forma de sanear esta anomalía importa.
Lo que está justificado en un caso, no lo está en otro. Al demócrata se le
vence en las urnas, al dictador se le desbanca del poder contraviniendo sus
leyes injustas. Viene esto a cuento de dos casos de actualidad. La exhumación
de la momia de Franco y el golpe de estado contra Evo Morales.
De Evo, hasta donde yo conozco, me gustaba su política progresista en favor de las clases desfavorecidas y el desarrollo cuantitativo y cualitativo del país. Lo que me molestaba era su apego al poder aunque haya sido ganando repetidas elecciones y con una noble causa. Pero lo que me parece terrible es que se haya visto obligado a dejar el poder y el país por un golpe de estado interno auspiciado y dirigido por los Estados Unidos, como siempre han hecho con casi todos los países de América y lo hacen en cualquier parte del mundo allí donde ven negocio. Miseria política y política criminal.
De Evo, hasta donde yo conozco, me gustaba su política progresista en favor de las clases desfavorecidas y el desarrollo cuantitativo y cualitativo del país. Lo que me molestaba era su apego al poder aunque haya sido ganando repetidas elecciones y con una noble causa. Pero lo que me parece terrible es que se haya visto obligado a dejar el poder y el país por un golpe de estado interno auspiciado y dirigido por los Estados Unidos, como siempre han hecho con casi todos los países de América y lo hacen en cualquier parte del mundo allí donde ven negocio. Miseria política y política criminal.
Con la exhumación de Franco,
el Gobierno Español en funciones ha jugado la baza propagandista para sacar
rédito electoral después de negarse a formar un gobierno de coalición y repetir
elecciones. Lo que ha conseguido es resucitar al dictador y genocida en forma
de palabra (Vox) y tener que firmar un acuerdo en un día con quien ha
aborrecido insistentemente. Más miseria no se puede dar.
Y,
a propósito del decálogo firmado por el PSOE y PODEMOS para la formación de
gobierno de coalición, me parece oportuno comentarlo. Doy por sentado que es
una declaración de intenciones que habrá que desarrollar, lo cual está sujeto a
la interpretación al alza o a la baja. Cinco de los puntos podría suscribirlos
cualquier grupo político del arco parlamentario por obvios: 1º Consolidar el
crecimiento y la creación de empleo digno. 2º Trabajar en la lucha contra la
corrupción. 3º Lucha contra el cambio climático. 4º Fortalecer la industria,
facilitar la creación de riqueza. 10º Justicia fiscal y control del gasto
público.
Otros cuatro me parecen más
interesantes por su novedad: 5º Aprobación de derechos como una muerte digna,
la eutanasia (hablé de esto en un post del 26/09/14 que se puede leer pinchando
aquí) y la salvaguarda de la diversidad (LGTBI por ejemplo). 6º Asegurar
la cultura como derecho y el deporte como garantía de salud. 7º Políticas
feministas y contra la violencia machista. 8º Revertir la despoblación del
país. Este suena bien pero dudo de que tenga eficacia. Lo que los habitantes
rurales necesitan: educación, sanidad, trabajo, transportes, comunicaciones,
ocio, etc. no está al alcance de la economía del país: Queda el punto 9º que
merece espacio aparte: Garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización
de la vida política. Fomentar el diálogo buscando fórmulas de entendimiento
dentro de la Constitución…Garantizar la igualdad de todos los españoles. Por lo
menos reconocen implícitamente que hay un grave problema al que hay que
enfrentarse. Pero, ojo, no como decía Machado que “en España de cada diez
cabezas nueve envisten y una piensa”.
Seamos sinceros, esto es un
imposible. No se contempla otra alternativa que la convivencia. Si los
catalanes quisieran ser independientes deberían hacerlo mediante un referéndum,
pero se lo impide una Constitución que parece más sagrada que los mandamientos
de Dios. Si se pretende garantizar la convivencia, me gustaría saber cómo. Con
represión o con votación. La clave está en garantizar el derecho de autodeterminación
que garantiza el Art. 5 de la Declaración Universal de Derechos de los Pueblos,
se vaya a ejercer posteriormente o no. Si no hay este derecho todo es una
filfa. No voy a insistir en esto. Me remito al post que publiqué el 30/12/17
que se puede leer pinchando aquí. Respecto a “garantizar la igualdad
entre todos los españoles”, lo veo harto difícil. Como lo anterior o más. Tal
vez como formulación teórica o como legitimación de derechos puede valer, pero
este derecho ya viene garantizado por cualquier ley. Las leyes, bien sean
garantistas de derechos, restrictivas, punitivas
o reguladoras, son para todos (erga omnes
que se dice en el argot). Tal vez esta igualdad a la que hace referencia este
punto se puede referir —me temo— a lo que se llama “café para todos”, pero, en
cuestión de gustos cafeteros la variación es enorme: solo, cortado, con leche,
descafeinado, expreso, de puchero, con azúcar, con sacarina o, incluso, un
carajillo. A otros ni siquiera les gusta el café.
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