La definición académica acerca de la mentira
la sitúa como expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente.
El catecismo de la Iglesia católica es más rotundo: “Mentir es decir lo
contrario de la que se piensa con intención de engañar”. Para el islam sin
duda, mentir no solo está prohibido sino que, además, es uno de los pecados
mayores. “Apartaos de la mentira porque
conduce al mal y este al infierno”, dice. Para el hinduismo mentir con intención de destruir la reputación de alguien es un pecado de
la palabra. La mentira es el engaño y mentir siempre es engañar. Parece
que no admiten matices. Lo de los judíos es un caso para preocuparse o para temblar. Ahí van unas
perlas del Talmud:
“Los judíos pueden usar mentiras para engañar a un gentil”. (Babha Kamma, 113
a). “Proclamamos
que es lícito hacer uso de la mentira y del perjurio si se requiere condenar en
un juicio a un no judío”. (Baba Kama, 113b). Para terminar de liarla en el
budismo la mentira
inclusive era perdonada.
Por eso, los
budistas dicen: “La mentira también es un recurso”. Por lo tanto no es una cosa
buena, pero no causa tanta mácula. Lo que realmente causa mácula es la
falsedad. La mentira y la falsedad son dos cosas distintas. La mentira es algo
libre; tanto la persona puede acreditar como no acreditar. Una persona puede
responder en la cara de la otra: “Ud. está mintiendo”. La falsedad es el
resultado concreto de la mentira. Decir mentiras a los otros, no es tan grave.
De acuerdo con las circunstancias, se puede mentir. La mentira es algo
vago.
Muchas
veces un engaño no supone una mentira. Siempre la mentira va dirigida a otros.
El engaño casi siempre es a otros, pero algunas puede ser a uno mismo. La
mentira es directa. El engaño es más sutil. Incluso puede que no haya
voluntariedad en ello o que nuestro subconsciente o nuestra cultura adquirida
traduzca equivocadamente una realidad. La mentira es lo que mejor define al
individuo, más que cuando uno se sincera.
En principio la aborrecemos pero a veces una mentira piadosa salva
muchas situaciones difíciles de encarar. Te puede salvar a ti y hundir a otros.
Mentimos para presentarnos ante los demás como lo que no somos. Para mejorar
nuestra presencia y ocultar nuestras miserias. Miente quien se maquilla y quien
adorna o engrandece sus virtudes y cualidades para gustar a los demás. En el
fondo nos aterra no gustar y siempre estamos buscando la aprobación de los
demás. Se miente en los perfiles de internet y en los currículos. Mentir es
ocultar la realidad de forma parcial o total. Para mentir no hace falta hablar,
basta con una actitud. La mentira es una estrategia común en las relaciones
empresariales y está instalada entre la clase política, es su modus operandi, una de sus principales
señas de identidad. El Código Penal sanciona a quien actúa de testigo y miente
en juicio, pero el acusado puede mentir descaradamente aun probándose que aquello
que dice es mentira. Entre los filósofos
no se ponen de acuerdo. Platón dice que se puede, pero Aristóteles dice que en
ningún caso.
Es cambiar la verdad, pero también ocultar parte de la verdad o exagerarla. Al mentiroso se le retira la confianza. La más perversa de las mentiras es la calumnia. Puede haber verdades que el receptor las interpreta como mentiras. O viceversa. Quien cree que está diciendo una mentira pensando que es verdad. Para mentir, en ocasiones, no hace falta hablar. Se puede fingir que eres rico para fardar o indigente para pedir. La casuística es abundante. Las que hacen daño y no ayudan
a nadie; las que hacen daño y ayudan; las que no hacen daño y ayudan o protegen
o salvan una vida; las que surgen por el mero placer de mentir; las dichas para
complacer a los demás en un discurso. Hay mentiras humorísticas que no se
consideran como tales. Mentiras son afirmaciones no probadas como las que
acostumbran a soltar con total impunidad religiosos, esotéricos, nigromantes,
magos, futurólogos, astrólogos y demás gente que vive de la mentira y el
engaño. A
nivel individual se miente en el amor y en la declaración de renta (el que
pueda). A nivel social mienten los políticos, los periodistas, se miente descaradamente
en los juicios.
Me pregunto si decirle a una mujer que es la más bella del mundo sabiendo que hay infinidad de mujeres más hermosas constituye mentira, engaño, ambas cosas o es una manifestación de afecto. Porque el amor no deja de ser la tapadera de nuestros intereses.
Es cambiar la verdad, pero también ocultar parte de la verdad o exagerarla. Al mentiroso se le retira la confianza. La más perversa de las mentiras es la calumnia. Puede haber verdades que el receptor las interpreta como mentiras. O viceversa. Quien cree que está diciendo una mentira pensando que es verdad. Para mentir, en ocasiones, no hace falta hablar. Se puede fingir que eres rico para fardar o indigente para pedir.
Me pregunto si decirle a una mujer que es la más bella del mundo sabiendo que hay infinidad de mujeres más hermosas constituye mentira, engaño, ambas cosas o es una manifestación de afecto. Porque el amor no deja de ser la tapadera de nuestros intereses.
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