Hoy traigo una foto que puede ser un resumen de lo que en
cuestión de motos representa Vietnam. Ya he hablado de la gran cantidad que
pululan por todas sus ciudades, de cómo estos útiles aparatos sustituyeron
mayoritariamente a las saludables bicicletas. Hoy veremos cómo han sabido
sacarle todo el provecho que se le puede pedir a un vehículo ni muy grande y ni
muy potente.
No en vano se les tiene a sus habitantes como astutos
orientales. Porque esa mirada de ojos
rasgados lo dice todo. No sólo miran, analizan. Denota que dentro hay un
pensamiento profundo que les sirve para sacar la máxima utilidad a las cosas.
Igual que del campo al que le sacan tres cosechas de arroz al año, o de su
habilidad para hacer copias perfectas de cualquier utensilio o prenda de marca
que caiga en sus habilidosas manos.
Todo ello dicho con humor pero con el mayor de mis respetos y
admiración.
Centrándonos en la foto, es una composición con cuatro
situaciones captadas al vuelo o, más exactamente, al paso de nuestro vehículo,
bien porque les adelantábamos o porque lo hacían ellos. Es decir, siempre en
marcha, como el país.
La primera foto demuestra que para llevar de viaje a toda la
familia no hace falta un monovolumen. En la foto aparecen cinco, pero me advierte
mi hija que van seis, ya que la madre está embarazada. Tal vez sea así pues parece
que reservan el sitio donde ahora va el casco para el chico que va en brazos y
que será sustituido en ese sitio por la nueva criatura, retomando el casco su
lugar natural, que será, sin lugar a dudas, la cabeza del marido. Esto mientras
no se le encuentre otra utilidad.
La segunda es más de lo mismo. Bien distribuido y compensados
sus pesos, puedes llevar un cargamento de chuches o lo que en cada momento
tengas a bien. He visto transportar puertas, sacos, carritos, animales,
verduras, bidones y electrodomésticos. Siempre todo bien aireado y soleado o lo
que caiga en ese momento, que por esas nimiedades no va a variar su precio.
La tercera representa cómo en una moto se puede socializar.
Se puede quedar con la novia, hablar con los colegas, saludar a la familia o
decirle a tu jefe que ahora mismito estás llegando. Todo ello mientras recibes
una dosis moderada de radiación electromagnética. Aunque esto último no está
demostrado científicamente.
La cuarta es mi preferida. Frio en Vietnam no hace, de eso
doy fe. Quien conduce la moto es una persona humana del género femenino. No
creo que quiera viajar de incógnito, ni que esté descontenta con su físico ni
que vaya a un baile de disfraces, en este caso disfrazada de iguana albina. Lo
digo porque como ella había cientos, qué digo, miles. Esta moda la achacan a la
polución que, por lo que se ve, afecta mayoritariamente a las mujeres. Así que
tengo para mí que es un look un tanto impostado que hace furor entre las moteras.
La foto se puede ver pinchando en la pestaña superior Imágenes.
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