2013-08-30

FIGURAS LITERARIAS

Decía una sobrina mía que tenía unas playeras pálahuer. A mí, en un principio, me pareció normal dada la importancia que a ciertas edades o según quién le suelen prestar a las marcas de moda.

Resultó ser que las tal pálahuer no solo no eran lo último en el vestir, sino que se trataba de unas playeras corrientes y usadas pa la huerta. Lo que parecía una sofisticación en el gusto y una repelencia en la dicción, escondía un juego de palabras inteligente y gracioso.

Este tipo de expresiones se conoce en la retórica como calambur, extraña palabreja como las decenas que completan el catálogo de figuras literarias. Así que, aunque no lo sepamos, siempre que hablamos o escribimos estamos empleando figuras retóricas, algunas con nombres tan peculiares y extravagantes como el propio calambur o como anacoluto, asíndeton, oxímoron, sonécdoque o dialefa. Me encantan estos nombres traídos de otros idiomas, especialmente del griego. Otros nos resultan mas familiares: énfasis, ironía, metáfora, sarcasmo o símil. No sabemos que existen pero las utilizamos inconscientemente. Van dentro del lenguaje, incluso del de cualquier indocumentado, por poner una expresión.

Pero volviendo a nuestro calambur que es la palabra que hoy trae causa, el lenguaje cotidiano está plagado de ejemplos como aquellas adivinanzas de toda la vida: oro parece, plata no es; detrás de la puerta estaba. O más actuales como Josetxu Letón;  Aitor Tilla; Alberto Carlos Bustos; Armando Esteban Quito; Enrique Cimiento; Diego Norrea o lavo la rueda/la bola rueda.

Se trata de un juego de palabras que unidas de distinta forma modifican su significado. Y, además, constituye un juego del lenguaje y un juego en sí mismo.

Ejemplo magistral de calambur es la ingeniosa frase que, a modo de eslogan promocional, estuvo durante un tiempo lanzando en pantalla la emisora de televisión Telemadrid, cuando Esperanza Aguirre era Presidenta de esa Comunidad y muy dada ella a entremeterse pasando por encima de los profesionales de la casa. Decían los presentadores: Telemadrid espejo de lo que somos. Duró su tiempo en antena hasta que alguien se percató -o le avisaron- de la segunda lectura que tenía un eslogan ingenioso, preciso, acertado y aparentemente inocente: Telemarid, Espe jode lo que somos.


El idioma como forma de expresión del pensamiento siempre ha despertado en mí cierto interés pero poca dedicación, todo hay que decirlo. Tal vez esto justifica que ahora tenga este blog donde tanto me importa el fondo como la forma. Así que volveré, como decía Schwarzenegger en cada entrega de Terminator que, además de constituir una paráfrasis, ya son ganas de complicarse el nombre. Volveré a la carga con este mismo tema  que ya fue objeto de otra entrada hace tiempo. Me refiero al de las expresiones lingüísticas, no al del cine. Y con este volveré entra un retruécano pues muchas vueltas da la vida, las vueltas dan mucha vida.

3 comentarios:

  1. Me ha gustado lo de esperanza aguirre. Supongo que alguna cabeza habría rodado. Vaya con el calambur.

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  2. Creo que esa marca de PalaHuer existe realmente, aunque me dicen que que pueden ser como las de la marca DELMER (delmercadillo). Tendrás que preguntárselo a tu sobrina.

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