2012-01-04

UNA GENERACION PERDIDA ES UNA SOCIEDAD FRACASADA

            Las limitaciones evidentes de este espacio me obligan a ser breve con lo que puede ser –supongo que ya lo está siendo- un tema para un profundo estudio que excede mi capacidad, tiempo y ganas. Así que me limitaré, como siempre, a dar una capa de barniz al tema.

            No hablo exclusivamente de la que se ha dado en llamar generación NI-NI, que también. Englobo a todos los jóvenes en general, sin etiquetas. Los comprendidos entre los 15 y los 30 años aproximadamente. Los que lo tienen todo y se les ha consentido que ni estudien ni trabajen. Los que, aunque preparados, no tienen interés por nada. Los que jamás han tenido una sola oportunidad. Los que lo han intentado pero han llegado a un punto de desánimo que los paraliza. Los que siguen intentándolo para hacerse un hueco. Personas todas que han recibido un potencial de estudios, tecnología y bienestar social que en ningún caso se corresponde con las expectativas que la sociedad actual les ofrece para desarrollarse y emanciparse.

            ¿Qué tienen ante sí? Tienen unas expectativas de desarrollo personal en el trabajo nulas o de muy baja calidad, con un índice de paro juvenil en torno al cincuenta por ciento. Lo pongo también en números para remarcar la barbaridad: 50% de paro juvenil. Es decir, la mitad de los que quieren hacerlo no está trabajando. Hay más que ni cuentan por autoexclusión. Otros se van apañando como pueden. De los que trabajan muchos lo hacen en condiciones de precariedad laboral: temporalidad, inseguridad, malas condiciones, salarios insuficientes, jornadas abusivas, ausencia de cobertura de seguros y desempleo, etc. En estas condiciones mas allá del límite de lo normal es un sarcasmo pedirles responsabilidad.
           
            Esta precariedad laboral es, en definitiva, un reflejo de la precarización de la sociedad en su conjunto, excluidos, naturalmente, los que manejan los modos y los tiempos. Ahora somos más pobres de lo que fuimos hace cuatro años y en el futuro lo seremos más aun. Esa es la tendencia.

            Porque el futuro de esta generación parece que va en la línea de más inestabilidad, menos poder adquisitivo y mayores jornadas de trabajo. Traducido esto con la jerarquía de necesidades que estableció Maslow, la mayoría difícilmente podrá cubrir las necesidades básicas, olvidándose, como si fuera un lujo, de estadios superiores como la aceptación social, la autoestima, el éxito o el prestigio. Y ya no digo nada de aspectos de autorrealización como desarrollar el talento, dejar huella o trascender. Y ese empobrecimiento individual repercute en todo el cuerpo social.   
           
            Una sociedad fracasa cuando los hijos viven peor que sus padres. Esto es lo que está ocurriendo, por lo que el fracaso no es de una generación sino de la sociedad. El problema es de los jóvenes y de los mayores pero los culpables son –cada uno en su grado- quienes tienen responsabilidades en el devenir social, consecuencia de una globalización depredadora y quienes lo consentimos.

            Y aquí no vale el sálvese quien pueda. La solución debe ser global. No se puede esperar pasivamente a que los demás solucionen nuestros problemas. Como dijo Mao Tse-tung, cuanto más grande es el caos, mas cerca está la solución. Pero esto no se hace con una revolución al uso como a algunos seguramente les pedirá el cuerpo. Ahora las revoluciones las están haciendo, poniendo el sistema patas arriba, los que controlan el dinero, con auténticos golpes de estado y cambios de gobierno sin pasar por las urnas y –faltaría más- sin pegar un tiro. Algo que tampoco constituye una novedad en todo el planeta en los últimos 100 años. Todo ello contra la clase media, porque a los de otras clases a estas alturas ya los tienen cogidos por ahí.

            Hay que inventar otras formas sin tener que echarnos al monte. Alguna nueva experiencia se está gestando precisamente en Grecia, cuna de la democracia. Como se dijo en el mayo francés: la imaginación al poder.

3 comentarios:

  1. Lo dirá Maslow o quien sea, pero es cierto que si alguien tiene dificultades para llegar a fin de mes, no le quedan ganas para otras cosas. No se si la imaginación va a ser suficiente.

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  2. Y por qué no, una nueva forma de vida. Cambiar el "chip" de nuestro procesador mental. No tenemos que depender de este sistema que nos esclaviza, nos manipula, nos anula como personas. Creémos nuestra revolución. Hay otras alternativas. Reinventémonos. Vivamos en cooperativa. En comunidad. Olvídemonos del "yo" y pensemos más en "nosotros". A partir de aquí... todo es posible.

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  3. los que han sido padres de la generacion perdida actual han vivido de puta madre con dos chalets tres coches. veremos lo que viene que es acojonante.

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