En la sección de fotos de este blog —un tanto
olvidada, es verdad— paso del otoño a carnavales. Del invierno ya he colgado
alguna foto en otra ocasión, así que este año me abstengo.
No es mi intención hacer un repaso histórico,
contar su procedencia, los detalles, ni nada parecido. Simplemente señalar lo
heterogéneo de sus manifestaciones. Miles de formas diferentes de celebrarlos.
Son tan dispares unos de otros en cuanto a vestimenta, modo de celebrarlos o
implicación de la gente, que parece que no tienen nada que ver entre sí. Sin
embargo todos comparten rasgos comunes. Colorido, música, disfraces más o menos
grotescos o elegantes, extravagancia, desenfreno y excesos varios: especialmente
en el comer, el beber y el sexo. Con seguridad son las fiestas más universales.
Se celebra el tránsito entre el invierno y la primavera.
Yo, naturalmente, no desdeño carnavales como los de
Venecia o Río, pero creo que tienen sabor más auténtico los carnavales rurales.
Como el de la foto que anuncio al principio. Corresponde a un montaje del
carnaval de Zubieta, población vasca, con un indudable sabor rural. Muy
arraigado a las tradiciones ancestrales. Genuino e irrepetible. Se puede ver pinchando aquí o en la
pestaña superior IMÁGENES.
Hola Isan. Hablando de carnavales, como canaria ya sabes que tenemos tradición carnavalera por estos lares, aunque te confieso que los disfraces tan elaborados, con tantísimos artilugios (incluso ruedas para que puedan caminar las portadoras), me parecen tan exagerados y tan alejados del espíritu del pueblo, que aunque nos entran divisas a mi como que no. Estoy contigo, donde se pongo lo rural que se quite la sofisticación. El carnaval de Venecia es elegante y elitista, pero prefiero al pueblo llano, que con una sábana y tres agujeros, dos para los ojos y uno para poder beber el ron iban que se sobraban.
ResponderEliminarLa fiesta de la carne era un escape, sobre todo cuando estaba la fiesta prohibida por la Santa Madre Iglesia.
Un abrazo de Isabel Caballero.
Hola Tara:
ResponderEliminarHe tardado casi un mes en enterarme de que tenía un comentario en esta entrada, motivo por el que no te he costestado. Efectivamente, la participación de cuantos quieran intervenir es esencial.
Gracias, un saludo.