Pasará un largo tiempo recogido
en sí mismo, pero antes nos quiere regalar su transformación mutando el verde
intenso por amarillos, rojos y ocres. Después se desnudará para dar cobijo con
sus hojas caídas a quien del bosque lo necesite. Dará sustento a la tierra para
que esta, en la primavera que viene, se lo devuelva gustosa.
No es sabiduría, pero comprende
que su desnudez es un tránsito necesario para resurgir como cada año. Como lo
hiciera el ave fénix.
En la sección Imágenes pongo una foto que ilustra este
comentario. Se puede ver pinchando aquí.
Hola, Isan.
ResponderEliminarAl ver la puerta abierta he entrado...
Me ha encantado el corto que has dedicado al otoño, así como la foto de las hojas caídas. ¡Muy hermosos!
Vengo de Literautas y tu también visitante mi blog.
Un cariñoso saludo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar