2012-05-18

EL PLACER DE PENSAR

Leí por ahí que lo que más irrita a los tiranos es la imposibilidad de poner grilletes al pensamiento.

Siempre se ha intentado conocer el pensamiento más profundo de los demás. El cine y la literatura tienen muestras de ello, muchas macabras, pero lo más preocupante es que se haga en la vida real. Siempre mediante métodos de violencia física o mental.

Este es un campo en el que las religiones –todas- les gusta especialmente meterse para controlar al individuo, creando culpas, remordimientos, vigilancia divina. La religión católica se lleva la palma en sofisticación ya que crea la necesidad y la obligación de confesarse -método sutil donde los haya- para hurgar en las miserias íntimas. Incluso entre las formas en las que se puede pecar, además de hacerlo de palabra, obra u omisión –aspectos en los que estoy de acuerdo, siempre que hablemos de falta, no pecado- está el pecado de ¡¡¡pensamiento!!! Ahí es nada la insolencia. No sólo humillas al individuo sino que le tienes agarrado por ahí porque conoces sus secretos, te has apoderado de su YO. Le has desnaturalizado para siempre.

Qué gran cosa eso de pensar, de meditar, de analizar, de imaginar.  Es ahí donde reside nuestro verdadero yo. Lo que pensamos solo lo sabemos nosotros. Por mucho que queramos transmitirlo  siempre quedará algo que jamás saldrá de nuestra cabeza, bien porque no queremos o por la inevitable limitación de las palabras que no son capaces de recoger todos los matices.

Solo en nuestro interior se encuentra nuestra realidad en estado puro, sin aditamentos, porque desde el momento en que sale ya la estamos adulterando.  Lo más valioso e íntimo que tiene el ser humano son sus pensamientos. Pertenecen solo a él y solo él los puede conocer.

Y esto es maravilloso. Podemos hacer y deshacer lo que queramos sin miedo a los demás. Podemos idear, especular, triunfar, hablar, rememorar momentos queridos. Cuantos problemas solucionamos, cuantas guerras ganamos, cuantos placeres sentimos, cuantos desacuerdos y reconciliaciones. Podemos arreglar el mundo o destruirlo. Puedes estar mirando a una persona con una sonrisa en los labios, incluso diciéndole algo y pensar de ella los mayores improperios o alabar sus aparentes cualidades, sin que la susodicha tenga la mínima noción del retrato que le hemos fabricado.

La meditación produce actividad neuronal y esta lleva a mejorar los niveles de capacidad mental. Pero lo malo de los pensamientos es que no tiene efectos frente a terceros, a no ser que vivamos tan intensamente la situación que la demos por real y actuemos como si aquello que hemos pensado hubiera ocurrido realmente, lo que nos llevaría al desastre.

Decía Oscar Wilde: “Me gusta escucharme a mi mismo, es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo y soy tan inteligente que a veces no entiendo una palabra de lo que digo.”

Pensar es placer en su más pura esencia.



7 comentarios:

  1. las personas además de ser seres sociales somos individuos y es necesario desarrollar esa faceta y eso se comienza en nuestro interior. No tenemos que contar todos nuestros pensamientos ni compartir todas nuestras acciones.

    ResponderEliminar
  2. Me parece que tienes una obsesión con la Iglesia Católica con la que te metes frecuentemente. Si no te gusta salte que no estás obligado, ¿o no?.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es la religión Católica la que ha creado los Dogmas de Fe para evitar pensar. Precisamente los que gozaron de libertad para crearla y desarrolarla. Me meto con ella por la proyección que tiene en la sociedad.

      Eliminar
  3. Es verdad que el pensar es un placer, pero cuando estamos atravesadas, mas nos valdría evitar ciertos pensamientos, más que todo por lo dañinos.

    Lo de las religiones, así son todas. Tratan de acaparar al individuo para hacerlo como les interesa.

    ResponderEliminar
  4. Dicen que somos lo que pensamos. Tanto lo que callamos como lo que manifestamos. Y lo que callamos, también se manifiesta inconscientemente, a través de una mirada, un gesto... nadie se libra. Así que ojito.. al final sabemos hasta de qué pie cojea hasta el más callao...!!!

    ResponderEliminar
  5. Estoy de acuerdo en que somos lo que decimos y lo que pensamos, pero no se si es tan fácil interpretar de qué pie cojea cada uno, mas bien podemos intuir o presentir o acercarnos si tenemos habilidades para ello. Yo mas que todo quería referirme a esa vida interior que es solo nuestra, no como persona social sino individual y que no contamos a nadie, creo.

    ResponderEliminar
  6. Me parece un poco "atrevido" decir que puedes conocer hasta el más callao.Creo que en un % muy alto te puedes equivocar, porque depende de tu capacidad de análisis y de observar a los demás (que tiene que ser mucha) y de la capacidad del observado por dejarte ver lo que él quiera.Incluso puedes pensar que lo conoces y realmente solo sabes lo que él quiere que sepas y como lo sepas.

    En cuanto a la iglesia católica, sabemos lo que hay. Lo que siempre me ha sorprendido, es que con un mínimo esfuerzo por ver el significado literal de mucho de lo escrito, quedan claras las aberraciones que se dicen. ¿la gente repite frases sin pensar?, sin escuchar? de otra forma no tiene explicación. Y aun así sorprende tanta superficialidad en pleno siglo XXI y con la que está callendo.

    ResponderEliminar

No te cortes, este es el sitio para expresar tu opinión