2011-06-30

SOCIEDAD ENFERMA

         Publicaban hace unos días encuestas en las cuales el 65 % de los encuestados aprobaba la acción –digo yo que será método y resultado- del asesinato de Ben Laden. Pondría la mano en el fuego que la inmensa mayoría profesan alguna religión. Y no precisamente la del difunto.

         En la misma encuesta el 22 % - el porcentaje sube al 30 % entre los votantes del Partido Popular- aprueba la obtención de datos mediante la tortura. O sea, aprueban la tortura que, a veces, será para obtener datos y otras veces para vengarse, o para hundir al torturado, o para enviar un recadito a navegantes, o para satisfacer instintos propios, o… Da igual.

         Pero claro, estas acciones no las hacen personalmente quienes las aprueban en la encuesta. No, ellos no se meten en líos. Son gente de bien, amantes del Orden y la Justicia y bla, bla, bla. Las ejecutan los gobiernos, ejemplos de rectitud, democracia, JUSTICIA con todas las mayúsculas y defensores de la Paz.

         Los gobiernos preparan ejércitos y élites para la intervenir exteriormente saltándose la legalidad internacional. Legalidad a la que recurrirán sin duda para justificar su intervención. Preparan, así mismo, especialistas en la obtención de datos, para intervenir interiormente so pretexto de que los torturados atentan contra las leyes y su seguridad.

         Cuando un torturador termina su jornada ¿le felicitan por la eficiencia en el trabajo?, ¿le ascienden en el escalafón?, ¿le dan una gratificación en pago a los servicios prestados a la Patria? Cuando llega a casa ¿es cariñoso con su esposa?, ¿juega con sus hijos?, ¿le ayuda con el carro de la compra a la anciana del 3º? ¿Colabora con una ONG? Si es Católico ¿hace examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de la enmienda, dice los pecados y cumple la penitencia?

         Me pregunto su estamos avanzando o siempre hemos sido así. Lo que sí es seguro es que tenemos una sociedad enferma e hipócrita.

                   

        

2011-06-16

ESTEBAN RUBERTE MINCHINELA

Hoy he leído una carta en el periódico de esas que llegan al corazón.

Era sobre la decepción tras las elecciones de un jornalero jubilado.

Me ha gustado el estilo y el mensaje, pero cuando he leído la firma, mi sorpresa ha sido mayor.

Esteban Ruberte Minchinela, gran tipo y mejor persona. Los calificativos los pongo yo, no vienen en la firma.

Lo veo con la sonrisa siempre en los labios, irradiando confianza y sus ojos claros, con una mirada aun más clara, limpia. Seguramente como la de Serafín.

Lo recuerdo calmado, con las ideas muy asentadas y haciendo norte de ellas.  Generoso y dispuesto siempre a ayudar. Con una riqueza interior que le desbordaba y lo notabas y un ligero toque irónico que le hacía aun más grande.

Esteban, la puta mili nos juntó y la vida nos lleva por diferentes caminos, hace ya mucho tiempo de ello, pero siempre guardo de ti el mejor recuerdo. Me he alegrado saber que sigues ahí y saber que sigues fiel a tus ideas.

Ya se que esto no es una carta y que no me leerás nunca, pero me apetecía decir algo de ti porque te lo mereces.